Cata 225 Penya La Verema. Picota granate de buena capa con destellos teja. La nariz es intensa y bien perfilada, con cierta concentración, bastante cacao, matices especiados, fruta roja y negra, recuerdos a bosque umbrío, algo de laca de uñas y fondo balsámico. En boca hay más potencia, el tanino más vivo, con notables amargos, fruta madura, bastante cuerpo y estructura. Persistente. Fue el 'moderno' de la cata...

Rojo picota de capa media.

En nariz destacan las maderas, ebanistería, tostados, cacao y tierra sobre la fruta en licor (ciruela pasa). Apuntes de regaliz, monte bajo, hojarasca. Un perfil aromático más bien seco.

En boca es de ataque cálido y paso amplio y bien pulido aunque vivo. Probado y valorado a ciegas en la cata 225 de la Peña la Verema.

Casi un año después el vino ha cambiado. Y no para bien. Tal vez su mineralidad está más presente. Tal vez sus notas florales parecen haberse tomado un descanso y apenas asoman el hocido. La fruta también dormita perezosamente. Tal vez las notas de su buena madera han decidido volver a presentarse en sociedad. En boca más pulido, aunque aún los taninos se agarran al paladar. Excelente acidez. Creo que podría entrar, que ha entrado, en una fase introspectiva, con la fruta escondiéndose tras la madera. Pero hay estructura y acidez para esperar que la cosa vuelva a cambiar. Desde luego al vino le quedan muchos años por delante. Ahora mismo sólo merece una nota más baja. Dentro de un par de años, veremos.

Partiendo del tópico-verdad de que cada botella es un mundo, en estos últimos meses el vino no sólo ha ganado en elegancia sino que la expresión de su terruño aparece en primer plano por delante de la expresión de la variedad o de la añada. Muy floral y mineral. Igual de contundente. Más profundo y complejo. Ya posee el misterio y la personalidad única de su trozo de tierra concreto. No sé si provendrá de un solo pago o de la selección de un puñado de ellos, pero aquí hay terruño riojano de verdad. Creo que puede llegar aún más lejos. Casi hasta la gloria, que si me pongo más cursi y poético, a veces ya roza.

Rojo anaranjado
especiado,madera
especias,madera pero sin llegar a ser tostado,muy equilibrado.

Empezó mostrando mucha fruta negra, algo de chocolate y demasiada vainilla, pero no tardó en abrirse con sutileza y complejidad. Entonces aparecieron esos atisbos florales que hacen a la mejor tempranillo riojana tan grande, también hubo regaliz, aceitunas negras, especias, algo de cedro. Tan perfumado como profundo. En boca sus taninos maduros y ya domados envolvían el paladar, una viva acidez le dotaba de frescura al tiempo que contrarestaba con tino el dulzor de sus taninos. Fantástico retronasal en que las violetas trataban de abrirse paso entre la fruta negra muy madura. Muy equilibrado, tanto que su alta graduación pasa desapercibida. Un rioja grande, moderno, que mira de reojo al mediterráneo.

Color rojo picota bastante intenso, cerrado, con ribete muy amoratado. En nariz es bastante complejo y elegante. Mucha carga de frutal, aromas especiados, balsamicos y tostados. En boca es bastante potente, con una magnifica acidez pero un poco agresivo todavia. Buena materia prima pero necesita bastante tiempo para redondearse un poco. Es bastante persistente.

Probado en IV Encuentro.
Picota de capa alta
Aroma fino y elegante, tostados finos, fruta fresca, muy expresivo.
Boca potente, excelente cuierpo, excelente acidez, secante, muy expresivo. Muy largo. Necesita tiempo. Excelente