Vuelvo a abrir otra botella de este vino y me parece más entero, mineral, con una fruta roja más precisa ( fresones y guindas ), notas de celulosa y esa sensación vegetal que se posa en el pastel de arándanos hormándose. El aroma de tabaco empieza a tener más protagonismo y lo calcáreo. En boca es sutil, con endrinas que dejan su nota frutal y a la vez amargosa volviéndote a recordar al tabaco y al regaliz torrefacto. Punto de mira en la lejanía por esa peculiar acidez. Ha cogido un camino hacia el lugar donde casi tomos los Murrieta se dirigen que está entre la fruta, los terciarios y la longeva frescura, donde el cristal se convierte en su mejor aliado contra el paso del tiempo. Una pequeña joya y cápsula de la felicidad.

Rojo cereza de capa alta y ribete granate teja. Nariz que necesita aireación para abrirse como mínimo una hora en decantador, trasladando aromas de frutas rojas escarchadas, tonos vegetales, licorosos, balsámicos, hierbas aromáticas y torrefactos. Al final sale una sensación leve de tueste ahumado con su fruta escarchada horneándose y tildes cárnicas. En boca es rico, bajo una integración tánica plena hay sabores de mermelada de frutos del bosque y notas de menta, en la evolución la fruta se vuelve más ponchadita y por vía retronasal salen leves recuerdos tostados y vegetales. Llegando al posgusto se vuelve más firme con esa sensación tánica más presente, cacao, tabaco y de fruta cercana al hueso, siempre madura lo que le da cierta sapidez. Es un vino elegante y al que la botella le debería de dar nobles terciarios con el tiempo y la paciencia de cada uno. Creo recordar un cambio en el estilo de los reservas de Murrieta aproximadamente desde la añada 2001, recién sacados al mercado trasladaban más cremosidad, tanicidad, calidez y maderas nuevas, pero después de dos o tres años de la compra se volvían más maduros y balsámicos, sin es así debería de ser su terruño o predisposición. Los Murrieta viejos los recuerdo con magníficos aromas de la serie terciaria, excelente acidez, viveza y cierto agarre en el paso de boca. Las próximas botellas de esta añada las tomaré por lustros vencidos ( D.m ), aunque ahora está estupendo. Una de las muy pocas bodegas de las que podemos presumir como españoles tanto en historia, instalaciones y vinos, en comparación con nuestros vecinos franceses y no os digo con el resto del mundo.

Vino tinto de la bodega Marqués de Murrieta, de la Denominación de Origen de la Rioja, uvas procedentes de la Rioja Alta, elaborado con 91 % de Tempranillo, 6 % Garnacha Tinta, 3 % Mazuelo, envejecido durante 22 meses en barricas de roble americano y un minimo de 12 meses en botella, 14 % vol,. visualmente color cereza picota de capa alta, en nariz intensa, aromas a frutos rojas, con notas balsámicas, vainilla y fondo especiados, en boca equilibrada, amable y sabroso, postgusto largo seco con bastante fruta, un vino sin decantar, entremezcladose a tendencia más moderna de Rioja, con gran personalidad y ELEGANCIA

Murrietazo, crecido y creciendo. Ni de casualidad ha llegado su cenit, le queda pendiente el desarrollo más riojano. Una magnífica añada.

Cereza subido de capa media-alta, brillante, con ribete teja, fino y denso lagrimeo, posos finales.

Aroma muy intenso, con punción, fruta roja en aguardiente (fresas), ahumado, notas de monte bajo (tomillo), balsámicos (mentol), y especias (pimienta).

En boca tiene ardor, tanino vivo, acidez marca de la casa, expresión de crianza, con sus apuntes de tabaco y ahumados elegantes, postgusto seco con mezcla de especias dulces por acentuarse, buena largura.

Vuelvo a disfrutarlo, pero visto lo visto, no sé si lamentarlo. Paciencia, hermano ¿qué es eso?.

Rojo granate con ribete cardenalicio y trazas marrones. Limpio y algo apagado. Capa alta. Lágrima densa.
Nariz típica riojana, con frutillos rojos que se combinan con fruta negra en un buen punto de maduración, torrefactos, algún leve tono a vainilla, tierra mojada, cueros y bastante mineralidad.
Boca fresca, bien conjuntada, con toques a madera vieja y un alcohol que no predomina. Buena acidez. Fresas, moras, grosellas, cigarrillo rubio, animales, bosque y piedras.
Final perfumado que conjunta tonos primarios con un estupendo matiz a caza.
Un vino con un estilo muy fiel a la tierra de la que proviene. Muy bien.

No se si el resultado de esta prueba ha sido mi boca, ó bien un error en la añada de mi anterior cata, lo cierto es que esta botella la he encontrado más guerrera, menos equilibrado, con notable acidez, bastante potente, con apreciación de madera y bien de recorrido.
Nariz bastante intensa, donde aparecen los cueros, tabaco, regaliz, desván y madera, que dan paso a ligera apreciación de frutos rojos, especiados y ahumados.
Mo puntuare ya que me quedan algunas botellas más.

Vista. Rojo guinda de capa media-alta, con amplio ribete rubí. Se observa algo de materia colorante muy fina en suspensión. El brillo se mantiene vivo.

La nariz nos viene en oleadas: una primera nos da un golpe de café y cuero limpio. A continuación da fruta roja en licor. Tras oxigenar el vino aparecen ligeras notas reductivas, cubiertas rápidamente por notas florales pesadas (Lila y clavel). Una cuarta oleada nos ofrece notas provenientes del roble americano en forma de vainilla y cedro.

En boca la entrada es bastante fresca en cuanto a acidez y ligeramente amable dentro de un vino seco. El paso es lineal y fluido, con un centro muy frutal (ciruela, cereza, fresa madura) y ligeramente licoroso. El posgusto es bastante largo y sorprende que todavía tenga algo de “agarre” por los taninos, lo que le augura bastante vida pese a la añada. El recuerdo final es de hollejo maduro, mantenido a su vez por una acidez viva que acrecienta la sensación de larga vida.

Rojo granate con ribete algo anaranjado. Limpio y brillante.

Recuerdos intensos a chocolate, frutillos rojos tímidos, notas a flores marchitas con un fondo de coco y vainilla. Suaves notas de cuero al airearse que resultan atractivas.

Entrada noble y potente, de buen paso y acidez medida, cuerpo medio pero con trama y estructura. Elegante sin descuidar unas buenas dosis de sabrosura. Final medio-largo con recuerdos terciarios elegantes, la fruta apenas aparece ya pero su conjunto, de corte clásico, es muy atractivo.

Rojo picota con ribete ladrillo poco cubierto, lágrima media, densa y teñida.

Dominan los aromas a resinas con notas a leña de pino quemada, nuez moscada.

En boca entrada suave, paso carnoso enérgico, vivo, con buena acidez y final amargo con astringencia dulce y en "su sitio".

Recuerda a sabores de fruta roja madura, frambuesas.

Posgusto largo y espirituoso.

Tiene un paso por boca bastante suave y goloso, de medio cuerpo, equilibrado, correcta acidez, taninos pulidos, invitándote a seguir bebiendo, de recorrido medio y agradable persistencia.
Nariz de buena intensidad, buen aporte de frutas maduras y fina sensación dulzona de fruta roja confitada, notas de tostados, cuero húmedo, tabaco, regaliz, polvo y especias dulces.
Para no perderse.