Vino color picota clarito con ribete teja, capa media-baja, limpio, brillante y lágrima fina, apenas se aprecian posos.
En nariz con buena intensidad, notas de fruta roja madura, ciruela pasa, especias dulces, flores rojas marchitas, cedro y evolución clara a cueros, perfumado, amplio y bien definido.
Durante los tres días que ha estado abierto, no ha perdido expresión aromática.
El paso por boca, suave, cálido, redondo, amable, cuerpo medio, largo recorrido, buena acidez, equilibrado y un tanino goloso, imprescindible tomar a temperatura ambiente para que la acidez, no elimine la poca fruta que queda.
Retronasal, afrutada.
Postgusto, largo y muy bueno

Un mensaje en una botella. En 23 años, no varía mucho: sólo se despoja de lo accesorio y se queda con la esencia. Igualito que un film de Robert Bresson: sobrio y austeramente poético.
Rústico en carácter y murrietano en acidez.
¿otros 23 años?

Se viste de color rojo amarronado con ribete ocre, lágrima limpia y fina, capa media.
En nariz se necesita airear para que la acidez volátil se marche, intensidad media, una vez aireado el vino empieza a expresarse con notas de cueros, desván, maderas mojadas, levemente especiado, fruta pasa, algo de cedro y discreta nota de almizcle.
En boca el vino presenta una buena acidez, para mi gusto algo más de lo que debería, pero es la que le da vida indudablemente, su ataque es medio, persistencia correcta aunque no elevada, indudablemente bastante sedoso y fino, me gustó más que el 94.
El corcho para no variar estaba desecho, hubo que armarse de paciencia para poderlo sacar sin que se quedara nada dentro de la botella.

Color cereza teja.
Aroma de intensidad media pero nítido y limpio a frutos muy maduros, especias, ahumados, la madera bastante presente, tostados, especias y cueros.
En boca es ligero, paso de boca agradable aunque un poco pasado de acidez, retronasal a maderas, especias, cueros pero también ligeros toques de frutas, final bastante persistente.
No esta nada mal, regalo de mi amigo Paco Ferre, el corcho un 7,5.
Todavia esta bastante bien a pesar de los 20 años, pero esta a punto de comenzar el declive, aprovechar ahora para disfrutarlo.

Rojo brillante acerezado – rubí con ribete anaranjado. En nariz se muestra terciario, elegante, con aromas reducidos por el tiempo en botella destacando matices de almizcle, cueros finos – marroquinería, trufa, tabaco rubio, notitas de anís y especias. La fruta se presenta ligeramente caramelizada, en forma de orejones, cáscaras de naranja y muy ensamblada con el resto de la nariz. Buena intensidad y nobleza, sacando unas finas maderas aromáticas en su final. En boca es un vino que muestra una acidez elevada que lo hace puntiagudo en el paso, creo que debido a una mala conservación, le falta encaje y quizás más consistencia ya que la sensación del posgusto es flaca y ligera. La nariz es un prodigio de aromas nobles, reductivos y de crianza en botella, una lástima que la boca no acompañe en esta botella, son vinos que por su concepto tienden a aguantar bien los años.

Picota de capa media y ribete color ladrillo. Nariz de buena intensidad, limpia, no muy compleja, con fruta roja y negra (cereza, fresa ácida, arándanos), tabaco, algo de pimienta. En boca entra discretamente, equilibrado, sigue con paso pulido, de cuerpo medio, para terminar algo rápido, persistiendo la muy considerable acidez.

Está en buen estado, pero es un vino poco gustoso.