De profundo color cereza granatoso de capa media-alta, oscuro, tapado, sin mucho brillo. Reflejos ambarinos y cobrizos. No hace pensar en un vino con más de 40 años encima. Borde mínimo, yodado, con gran diferencia respecto al menisco.
Completamente abierto y entregado desde la primera copa. Aromas de gran intensidad y de una extraordinaria profundidad. Sobresale el perfume otoñal a sotobosque, castaña en rama, corteza de nogal, tierra mojada, humus y un deje de hierbas aromáticas y té de roca que le aporta un toque ligeramente más meridional y mediterráneo. Potentísimo, completamente perfilado, sin bajar el nivel ni un momento, aunque con una elegancia y finura de registros que muy pocos vinos pueden presentar.
En boca es auténtico terciopelo pero de una opulencia, vivacidad y solidez, difícil de creer. Envuelve con un manto de acidez extraordinaria, que lo viste todo, y que se carga todo el conjunto a sus espaldas. Hay mucho y todo en gran cantidad. Lleno de fruta roja reducida, maderas nobles, especias exóticas y un continuo derroche de energía.
Un Murrieta de la vieja escuela. Enorme vino de 1973 que nos confirma que estamos ante una de las grandes cosechas del siglo XX.
Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2014/08/marques-de-murrieta-1973-reserva.html
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