Es lo que encontramos en este hotel situado en la zona de Arturo Soria, alejado del centro pero con buen acceso, ya que desde Atocha se entra bien a la M-30 y de allí al hotel no nos costó mucho tiempo. A muy pocos metros del hotel hay un aparada de bus con varias líneas que te acercan al centro en una media hora. A pesar de estar al ladito de la M-30 la insonorización es perfecta y con la ventana cerrada no oyes nada.
Es un precioso palacete de elegante decoración con 22 hbaitaciones en el cuerpo central y 10 bungalows en el jardín. Estuvimos en una doble de las primeras con un pequeño salón en la entrada. Decorada con gusto, cómoda, amplia, cama grande, armarios generosos con caja fuerte, baño con luz natural, completo y bien dotado de adminículos de aseo.
Además el pack que nosotros llevábamos (Smartbox)incluía una cena, botella de cava y cesta de fruta, y las 3 cosas estuvieron muy bien, tanto en cantidad como en calidad y servicio.
El comedor es precioso, a pie de jardín, y el bufé de desayuno abundante y de fenomenal calidad. Incluía alimentos no muy habituales como puede ser una ensalada de pasta y otra de tomate y mozarella.
El servicio prefsional y muy amable.
Trámites de entrada y salida sencillísimos.
En resumen, fue un placer alojarse allí, tanto por las instalaciones como por la atención del personal. En verano hacer alguno de los ágapes en el jardín ha de ser una delicia.
Si no te interesa estar en el centro de Madrid me parece una opción estupenda, de hotel original y diferente.
Como corolario decir que nos dejamos una prenda de ropa, nos llamaron enseguida y nos la enviaron por correo, detalle de sobresaliente.