Precisa atención y mucha para descubrir su valor, sobre todo en nariz. Muy cerrado al inicio, se abre con parsimonia, poco a poco, mostrando elegancia y sutileza. Frutillos rojos, ligeros toques mentolados, balsámico,no encontré rasgos minerales ni tipicidad Priorat, con personalidad propia. En boca, es muy pulido, sin la estructura y carnosidad habitual en estos vinos de esta zona, muy frutal, postgusto avainillado. No impresiona, no es muy potente, pero es muy bueno

Ya teníamos ganas de probar la añada teniendo en cuenta que no hubo Clos Erasmus y toda la uva fue a parar al éste Laurel.
Aguantando color, rojo cereza, capa media - alta, borde cardenal, con algún precipitado, cae denso en copa.
Alta intensidad aromática, nariz intensa, poderosa, paradójicamente a lo que podíamos pensar refrescante, por la gran cantidad de hierba aromática que posee, mucho mentol, romero, tomillo, toques de farmacia, fondos sublimes minerales y frutales, acompañados de notas dulces recuerdos a chocolates, tiene carácter salvaje y fondo amable. Al rato aparece más subsuelo, se doma un poco, con ahumados, guindas y notas licorosas que se suman a las anteriores. Un espectáculo.

En boca entra potente y goloso, paso contundente, envolvente, calidez honesta que no molesta, sabroso, bastante maduro, con el tanino poderoso, aterciopelado y dulce, de textura y estructura plástica, bien de acidez, gran equilibrio a pesar de esas sensaciones cálidas que nos trasladan a sus orígenes, con buena longitud, final goloso, mineral, licoroso...

30€aprox

Como Pepe Cano me dijo que era una añada que no había salido el Clos Erasmus y toda la añada había ido a este Laurel, me agencié otra botella y sigue sorprendiendo por su elegancia, potente, sedoso y elegante. Notas frutales, toques minerales, muy agradable y extraordinario. Para degustarlo.

Tomado en dos fases, en la primera estaba tan poderoso que saturaba los sentidos por lo que decidí dejarlo airear, taparlo, vacío y abrir al día siguiente para seguir catándolo. Fruta negra concentrada, tostados marcados, característicos toque minerales y balsámicos

Vino color rubí con ribete amoratado, capa media alta, limpio, brillante y lágrima abundante y levemente tintada.
En nariz nada más descorchar, notas licorosas que lo copan todo, para ir mostrandonos poco a poco un monte bajo muy suave, y evolución a fruta roja en mermelada, cerezas, frambuesas, ciruelas y arandanos, con notas especiadas, vainilla y lácticos, sin duda la aireación le viene de maravilla. Perfumado, expresivo y bien definido.
El paso por boca, suave, amable, levemente glicérido, frutas rojas algo ácidas, cuerpo medio, largo recorrio, le falta redondearse, tiene algunas aristar por pulir, acidez algo alta y un tanino aterciopelado.
Retronasal, afrutada.
Postgusto, largo y bueno.

Por lo menos esta botella estaba muy verde, yo lo dejaría en botella un par de años más, he probado otras añadas más antiguas y me ha encantado.

Este Priorat siempre sorprende por su elegancia, a pesar de su potencia. En una cata de cinco vinos, sobresalió dando unas notas frutales con toques minerales. Es potente, pero qué agradable y elegante se muestra en la boca. Fabuloso.

Ya un clásico de calidad del Priorat. Ademas, por lo que me dijo Ferran del Gelida, este año no ha habido Clos Erasmus, por lo que todo va a este Laurel. Sé que es un infanticidio beberlo tan pronto, pero con unas horas de aireación y decantado está delicioso, potente y lleno de fruta. Color rojo cereza picota cubierto. En nariz, y conforme iba abriéndose muestra unos aromas a fruta muy madura, con toques minerales y tostados. En boca es potente, graso, con una fruta muy madura. Es un vino agradable de beber, amplio, elegante, carnoso, equilibrado, persistente, con un buen tanino integrado. Un gran vino del Priorat.