De color picota y buena capa.
Nariz de buena intensidad con marcados recuerdos a fruta roja y negra, fresco, floral y de buena complejidad.
En boca tiene buen ataque, buena acidez, paso de cuerpo medio de buen peso, frutal, jugoso, amplio, complejo y de buena persistencia.
Color picota oscuro y capa media/alta.
En nariz fruta madura con un toque de compota y flores azules. Toques balsámicos, eucalipto y sotobosque con un ligero toque sanguino.
Entrada sana y de buena presencia. Paso amplio, con cuerpo, pero sin perder fluidez. Buena integración, acdez y tanicidad con un punto amargo agradable al paso.
Buen juego entre Tempranillo y Garnacha, sin duda una buena opción.
Color picota de capa alta, con ribete granate un poco evolucionado.
Intensa nariz con aromas que recuerdan a fruta madura, mineral, algún verdor, y geranios.
Entrada muy seria en boca, con peso y estructura, con mucha presencia de la fruta. Alcohol bien integrado. De buena acidez y buena persistencia, con retro a la fruta madura.
Interesante.
Color rojo picota, capa media alta y ribete granate oscuro.
En nariz destacan sus aromas a fruta madura, mermeladas y toque de regaliz.
Tiene una buena entrada en boca, donde se aprecian también las frutas, es un vino muy equilibrado , redondo con un buen final.
Según reza su web, Viña Satoshi es un proyecto de Pago de la Boticaria que pretende unir los universos de Bitcoin y del sector vitivinícola para que ambos puedan aprovechar lo mejor de cada uno de ellos, según la bodega por existir "multitud de similitudes entre un cultivo milenario y la nueva vision que nos ofrece Bitcoin en relación a la transparencia, escasez, descentralización y sobre todo... la confianza". Parece un proyecto abierto, pues señalan que nuevos productores se incorporarán a la iniciativa siempre que cumplan con los criterios de calidad determinados, con el fin de mantener la integridad del proyecto.
Yendo al vino es de color rojo cereza con tonos entre violetas y rubí. Nariz de fruta negra, pimienta negra marcada, ligeros balsámicos y una madera presente con tostados y torrefactos.
En boca es un vino fresco, con punto de cerezas en licor, muy buena acidez y un final salino en el que asoma una cierta mineralidad que no se percibía en nariz. Sin defectos, pero sin apasionar.