Aunque con muchísimo retraso pero ahí va mi valoración de este rosado de Ramón Bilbao que me llegó para la cata virtual que se realizó en Abril de 2020 (pues no ha llovido ): ...). Sacamos la botella de la nevera y lo dejamos abierto hasta que alcanzó los 10°C para su valoración. Tapón sintético. Me gusta la etiqueta frontal inferior, muy vintage...

VISUAL: Presenta un bonito color rosado en tonalidades piel de cebolla y reflejos cobrizos no demasiado intenso. Limpio y muy luminoso, con abundante lágrima, esbelta y rápida (87).

OLFATIVA: En nariz apreciamos notas claras de fruta fresca, fresas y cerezas, con apuntes cítricos de pomelo y algo de flor campestre (lavanda) y roja (rosas). Al final nos llega un recuerdo especiado como de canela y un atisbo de fruta tropical a piña y lichi. Bien de complejidad aunque de intensidad media-baja (86).

GUSTATIVA: En boca es muy amable, entra muy bien. De carnosidad media, alta acidez y bastante seco en su paso por boca. Retronasal con recuerdos herbáceos de eneldo y con algún toquecito floral. Post-gusto frutoso en donde la fruta roja fresca predomina dándonos una persistencia de un minuto y 35 segundos. Sensación final de vino sensual, fresco y muy amable, ideal para el verano (87).

Por supuesto agradecer a la Bodega y a Verema que tengan estos detalles con nosotros, a mí al menos me hace mucha ilusión. Siento la tardanza en poder colgar mis valoraciones de las virtuales, pero al final aquí esta!. Muchísimas gracias!!

La RCP atendiendo a su precio en torno a los 6 euros me parece muy buena.

MARIDAJE: El primer día lo tomamos con unas rodajitas de merluza a la plancha y nos lo terminamos en otro ágape con unas canaíllas de tapeo y una maravillosa doradita al horno de plato fuerte. Maridaje acertadísimo con los "caragols punxosos", intensos sabores yodados y marinos en absoluta armonía con las notas frutosas y herbáceas de nuestro rosadito. Un gran disfrute, otro más ):

Salud-os!!

Nuevamente pruebo este vino que me ha llegado en el lote de Verema. 3 meses han transcurrido desde que hicimos la cata. ¿Qué me he encontrado?. Pues que todo sigue igual. La impresión que me causó no ha variado. Son vinos en los que su estilo, copiando a los provenzales, no me van. Le encuentro con poco cuerpo y fruta. Sí que es mineral y con una acidez que en este tiempo veraniego invita a beber, pero poco más.

      Me recuerda a los "claretes de Badarán", que fué una época en la que se dejó consumir vinos blancos riojanos y se "inventarón el clarete Badarán". ¿En que consiste?, pues en  que a la uva viura se la añade un 3-4 % de uva tinta  en la fermentación y el milagro. Tenemos un rosado y así sacamos el blanco que no se consume. En una cata ciego es imposible decir que es un rosado, siempre diremos, por lo menos yo, que estoy tomando un blanco. ¡Con lo ricos y buenos que son los viuras riojanos con crianza!.

     En boca es resultón, fresco, con escasa fruta, mineral y con una buena acidez. Sigue siendo largo. Me da una permanencia de 1,45 minutos.

Botella bordelesa muy aparente, etiqueta cuidada, contra con escasa información en castellano e inglés. Un poco escondida aparece la referencia de la aparición de un matasellos en la etiqueta cuando la temperatura es idónea (8-10º).

Corcho sintético.

Colro rosa pálido, limpio y brillante.

Aroma para mí difícil de definir, toque dulzón y algo parecido al sándalo.

En boca está bueno, un poco delgado pero de posgusto correcto.

No soy de este tipo de rosados, pero comprendo tienen su interés por el tipo de coupage y las características organolépticas tan diferentes a los tradicionales. 

Doble etiqueta frontal, sobrias y elegantes. Contraetiqueta transparente con pequeñas letras blancas, que en un vino rosado claro se hacen difíciles de leer. Curioso el detalle del matasellos que indica si el vino está a la temperatura idónea de consumo. La cápsula sale bien, corcho sintético, como se va estilando en vinos para rápido consumo. Color salmón claro, muy poco color, al estilo de los rosados franceses. En mi copa presenta muy poca lágrima.

A copa parada, aromas cítricos, piel de pomelo, algo de fruta tropical, carambola.

Buena acidez, sabroso. Con más cuerpo de lo que creía.

Muy rico para tomar en terracita de primavera-verano o maridar con comidas frescas, incluso orientales y con un toque picante.

Estilo clásico de Ramón Bilbao en la presentación. Es agradable el sello de temperatura idónea.

Color piel de cebolla claro, limpio y brillante. Estilo provenzal.

De intensidad media. Con notas cítricas, lima y pomelo. Algo de melocotón y un fondo a hinojo, anises.

Entrada fresca, agradable. Hay algo de untuosidad. Buena acidez, persistencia media. Mucho retro a pomelo e hinojo.

Botella transparente, etiquetas escuetas, igual que con Mar de Frades un 'sello' que indica temperatura óptima de consumo. Corcho de silicona.

Color 'piel de cebolla' pálido de tono teja, limpio y brillante. Lágrima fina.

En nariz aromas cítricos, a piña, lima. No se muestra muy expresivo, sutiles notas a piel de naranja y un poco floral.

Entrada fresca, acidez presente y bien integrada, fluido en boca. Destacan las mismas notas cítricas que en nariz, y un
punto salino al final.

Botella clásica, relieve de la bodega en su frontal, etiqueta clásica y Elegante, con el detalle del indicador de temperatura óptima. Corcho de silicona porosa.

Color rosa palo pálido, asalmonado, limpio, brillante, reflejos acerados, ribete a penas perceptible. Lágrima abundante y rápida.

En nariz, intensidad media/baja fresco, cítrico, con aromas de lima, naranja, frutillas rojos, frambuesa, fresa, algún aroma floral a flores blancas, bolleria tenue.

Entrada fresca, acidez marcada, alcohol bien integrado, muy cítrico, con presencia de fresa y frambuesa, persistencia acida y final amargo muy elegante.

Un vino interesante y sin complicaciones, alcohol muy bien integrado, y con una frescura, que cuando te das cuenta ya no queda nada en la botella.

Botella marcada con el logo de la casa, tapón sintético y contraetiqueta transparente (que se hace dificil de leer). Color naranja muy pálido, casi confundiendo con un blanco.

De primeras me salen aromas de fresa en iogur y algo de cítrico. En general de intensidad media-baja. Haciendo hincapié en la suavidad y la facilidad del vino. Entrada en boca suave y con la acidez muy equilibrada. El final es un pelín amargo, pero eso lo hace más vivo.

A la vista un vino encerrado en una botella bordelesa con una vestimenta clásica y con el corcho que la cierra de silicona porosa. Con un colorpiel cebolla pálido y con débiles notas de cáscara de naranja. Buena lágrima que perezósamente  se desliza por el cáliz de la copa. Limpio y brillante. Ribete rosa-cebolla débil.

     En nariz a copa parada cítricos de vino blanco. Aireado un poco frutillos rojos, ¿flores blancas y sus frutas?. ¿predominando la viura?. Una ligera frambuesa y mayuetas.

      En boca está elegante, untuoso, sedoso,con volumen, equilibrado, floral y resurgen con agrado las frutas cítricas y rojas percibidas en la fase olfativa. Jovial, fresco y frutal paso de boca. Es un vino largo. Me da una permanencia de 2,00 minutos.

Visualmente más parece un blanco que un rosado. Muy clarito. De intensidad pálida, limpio y brillante.

En nariz resulta sutil y elegante. De intensidad media. Aromas cítricos, pile de naranja, flores blancas y al go de hierbas aromáticas.

En boca resulta fresco, ligero y muy equilibrado. Tiene una entrada suave, es sedoso, con buena acidez. No se percibe el alcohol.

Muy agradable de beber,un buen vino para disfrutarlo fresco, fresco.