Sinceramente no esperaba encontrarme este vino con tanta expresión, y digo una de las últimas joyas puesto que solo me queda una botella de este "EXCELENTE" vino con mayúsculas, dicho con pesar por la dificultad en encontrar alguna botella en buen estado de conservación.
De color picota con destellos granate de buena capa y ribete teja, con una intensidad aromática digna de admiración, como para tomarlo por la nariz, a pesar de resultar una experiencia sublime su paso por boca.
Aromáticamente resulta espectacular, con fruta negra muy madura, como la impresión que te da oler la mermelada de frutos negros, pura confitura, con toques licorosos, sensación de azúcar quemado, ligeras notas mentoladas, tierra húmeda, tostados finos, con un fondo de madera suave y recuerdo de "arrop y tallaetes" en la sarten.
Fantástico en boca, con un primer impacto de poderío como no queriendo aparentar su edad, dando paso a la elegancia que esconde, fino y goloso, terciopelo puro, equilibrio en todos sus elementos, de excelente estructura y con un espectacular final muy largo y de persistencia muy agradable.

Este vino se presenta ya con sus 23 añitos a las espaldas, nada de fruta roja ni negra, lo voy a omitir, pues es muy subjetivo, pero en nariz es elegante, fino, señorial, notas de frutas pasadas eso sí, muy claras, notas licorosas, tierra húmeda, trufas y notas de frutos secos. Complejo, bastante complejo.

En boca es un señor, entra con fuerza, longitud, garra y mucha persistencia, más de 30 segundos, una bestialidad, pero sobre todo lo que más destaca es la elegancia que posee, es un guante de seda, te pasa por las papilas sin apenas notarlo, se mece en la cavidad bucal y posteriormente pasa por la garganta, pero dejando una huella inolvidable.