De color rubí cobrizo de capa media-baja, muy poca extracción, clarísimo, límpido. Más en la línea de un rosado crianza riojano de la misma época que de un tinto gran reserva al uso. Reflejos anaranjados y rojizos, brillante. Borde cobrizo, amplio.

Se presenta con mucho encanto, franco, de personalidad desbordante. Aromas iniciales de fuerte intensidad a fruta roja confitada, guindas, mermelada de naranja amarga, membrillo y una curiosa nota especiada exótica a cardamomo negro, clavo, cúrcuma que se mezcla con un levísimo fondo herbáceo poco habitual (alcaravea, fenugreco, resina). Diferente, difícil de ubicar. No deja de sorprender al ganar en presencia al tiempo que se oxigena incorporando unos elegantes reductivos a rosas ajadas, pimienta blanca, cuero viejo y duelas envinadas.

En boca es fresco y picante, pulido, lleno de fruta roja sobremadura. Persiste esa sensación de estar ante un rosado tradicional por la poca presencia de taninos y la enorme cantidad de cítricos dulces. Largo, sabroso, con un deje de dulcedumbre muy grato que da paso a herbáceos y notas amargosas. Tiene una acidez que corta la boca. Muy rico!!!

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2014/10/prado-enea-1976-gran-reserva.html

Precioso color rubí claro con destellos anaranjados terminando en un ribete ladrillo con perfil acuoso, impresionantemente limpio y brillante.

Nariz finamente reducida, notas de sangre y botica, desván. Al airearse aparecen los frutos rojos licorosos, mucha retama y hierbas aromáticas, leves tonos de brandy viejo.

Boca muy sabrosa, muy buena acidez, mucha frescura, toques balsámicos sobre la fruta en licor, cuero, especias, con un largo final especiado y balsámico.

No es Prado Enea una de las marcas que mejor aguantan el tipo tras muchos años; sin embargo, este 76, una añada no muy reputada en la zona, ha salido espléndida, sin duda lo mejor catado de la bodega hasta el momento en viejuno.

Gran vino