Picota intenso. El vino paga su peaje mediterráneo con esos aromas de hierbas y garriga, junto con una fruta negra en sazón y a un paso de la licorosidad. Carnoso, jogoso, con un alcohol presente pero no molesto. Bien en acidez, el conjunto consigue ser bastante equilibrado, con un predominio frutal notable, notas licorosas y una crianza que aporta un plus de complejidad. Buena persistencia.

Capa tinta muy oscura, casi negro, ribete morado.
Aroma a fruta muy madura con cueros y caballo
Mucho cuerpo, excelente estructura y paso, excelente acidez, muy vivo en boca, volumen y estructuras medias. Sabroso y expresivo con fruta confitada, y madera correcta, un poco secante. Bastante largo, no mejora pero excelente momento de consumo.
Hay que precisar que la añada extraordinaria de este vino y la que le dio renombre fue la del 2000. Este está muy lejos de aquel pero está bien.

Considerado en esta añada por crítica (bettanne&dessauve dixit) y consumidores (Lapassionduvin.com dixit) franceses como el más grande de todo el languedoc-Rousillon, no pude resistirme más a seguir guardando mi única botella. ¿Exageraban? Nada, ni un suspiro. El vino es portentoso, tal vez el ejemplar mediterráneo más grande que me haya echado a nariz y paladar nunca. En nariz el terruño se abre paso con una fuerza y profundidad que acaba por desconcertar. Muy mineral, hay tierra, humus, notas balsámicas de una pureza que eriza la piel, también hay fruta negra madura, sí, pero fresca, ciruelas, moras, que aparecen envueltas en pétalos marchitos de rosas y violetas, y cacao, y especias. En boca es poderoso pero de una frescura reconfortante. Los taninos se dejan acariciar con cierta voluptuosidad, se han civilizado y se dejan querer. Su persistencia se empeña en que el placer y la emoción se alarguen sin prisa. El tiempo decide detenerse y el terruño se instala con la intención de quedarse para festín y deleite de mi perezosa memoria. Y eso que no me he puesto a hablar de su elegancia contenida, de su complejidad desafiante, de su profundidad misteriosa, de su...

Picota morado oscuro capa alta

Nariz potente y de intensidad alta, mucha fruta negra muy madura casi mermelada, notas licorosas y de madera.

Boca con buen cuerpo medio, buena entrada y buena acidez, bastante volumen y sobre todo gran expresividad en la gama de la fruta negra. Todo bien integrado pero la madera se nota bastante. Postgusto largo y expresivo en la misma línea.Vino muy vitalista y mediterraneo.

Picota moratoso con reflejos violáceos. La nariz es intensa, muy madura, con tostados en primer plano y un fondo de fruta muy madura, sobre todo negra (zarzamora), toques de confitura de tomate y un denso recuerdo a violetas. En boca tiene buen ataque, cuerpo medio, buen ensamblaje, buena acidez y notable recorrido. El paso por boca muestra levemente el alcohol (sobre todo al subir la temperatura) y una leve astringencia que desaparece con la aireación. Muy maduro, con un claro carácter mediterráneo aunque, pese a ello, ligero y atractivo.

Roussillon de color rojo picota oscuro con ribete violáceo, de capa alta. En nariz, de intensidad alta, aparecen aromas de fruta roja, casi licorosa, con algún apunte amargo similar al campari, apareciendo notas de humo, y con la aireación van apareciendo notas de garriga y herbáceos, que le dan un carácter más mediterráneo. Nariz menos profunda y compleja que sus antecesores. En boca se percibe seco, con buena textura, donde la madera se muestra aún desintegrada al conjunto, dejando un pasó en boca amargoso, con buen cuerpo, no llega a ser pesado, gracias a su magnífica acidez. Retronasal mediterránea. Buen postgusto, bastante persistente, dejando las percepciones ya asimiladas anteriormente en nariz y boca. Está cuvée siempre había sido un ejemplo de armonía y equilibrio dentro de los vinos de Roussillon, pero este 2001 actualmente se muestra menos complejo que anteriores añadas. Veremos como evoluciona. Necesita se decantado dos horas antes. Precio por botella: 19-20 euros.