Seguimos en la recta final de cara a Navidad con unos buenos viejunos. En esta ocasión abrimos este Viña Albina reserva de 1.982 al que le teníamos ganas. Me viene a la memoria mi gran amigo y mejor cocinero Antxón que allá por 1.985 me introducía en el mundo del vino y me hablaba de las excelencias de los Viña Albina, y lo mejor, compartía esas botellas que me entonces me parecían joyas inalcanzables. Desde entonces reconozco que siento debilidad por esta bodega. Pero vamos al tema.

Nivel de líquido aceptable, medio centímetro por encima de los hombros. Abrimos la botella con el abridor estándar de tijeras y el tapón salió perfecto, compacto y tintado en un 50% aproximadamente. Dejamos respirar por espacio de 4 horas antes de catar a 18°C:

VISUAL: Impresionante color rojo cereza de capa media con el ribete teja amarronado. Limpio y brillante (89).

OLFATIVA: A copa parada asoman aromas frutales a coulis de fresa y dulzones especiados de canela y vainilla. En movimiento apreciamos montebajo, uvas pasas, tierra mojada así como apuntes balsámicos de regaliz y eucalipto. Con notas animales a crin de caballo, fúngicos de trufa negra, rosas marchitas, tabaco inglés y finos toques amaderados a cedro y roble. De intensidad media y poseedor de un exquisito bouquet, complejo y muy rico (92).

GUSTATIVA: En boca es pura armonía, lácteo y opulento mostrando una alta acidez y los taninos perfectamente dulcificados aunque muy marcados. Elegancia elevada al cubo, sutil y amable pero mostrando un fuerte carácter, una estructura maravillosamente ensamblada, pura magia riojana. Retronasal especiado y un tanto licoroso con un fondo de fruta roja en compota increiblemente amable, dulzón y embelesador. Persistencia eterna, casi cuatro minutos de absoluto disfrute que devuelve a su máximo esplendor esta añada del 82 muchas veces menospreciada pero que en este caso ha producido algo sublime. Con vida por delante pero en pleno clímax sin duda, en lo más alto. Maravilla de vinazo con una boca que no olvidaremos facilmente. Afortunadamente nos queda otra botella para ver su evolución (95).

La RCP fue excelente pues compramos dos botellas por 15 euros cada una, un chollete vamos.

Nos tomamos el vino en dos ocasiones. La primera con nuestro surtido de embutido de los lunes: Jamón ibérico de cebo, lomo, chorizo y salchichón ibéricos de bellota y un queso curado de oveja manchego. Mil veces hemos comentado este maridaje y es como un botón para su ojal, están hechos tal para cual. El uno ensalza al otro y vicebersa, se potencian sus sabores y sus aromas, es una experiencia religiosa que dice la canción, je,je... Para terminarnos la segunda mitad de la botella cuatro días después preparamos dos suculentos filetes de ternera local a la pimienta rosa con un arrocito salteado con champiñones y pimiento rojo. Un lujo de combinación, una vez más jugosos apuntes cárnicos y pimentosos en total armonía con las notas especiadas, animales y fúngicas de nuestro viejuno. Que sigamos por muchos años disfrutando de momentos como éste, inolvidables y de puro placer.

Salud-os!!

VISUAL: Color entre cebolla y teja, muy turbio.
OLFATIVA: Aun aguanta, recuerdos ahumados y de habitación cerrada, champiñón, la fruta pasada paro manteniéndose, hoja de tabaco, aun hay algo de vida, aunque notamos una clara evolución, al agitarlo se va algo el ahumado.
GUSTATIVA: También aguanta, ligero, para nada desagradable, acidez domada, pasa directo, ligera fruta pasada y agradable, recorrido algo corto.