Tradición puesta al día

Me ha sorprendido la frescura de este vino de reserva. A pesar de sus 18 meses de barrica americana y sus años de reducción en botella,lo he encontrado espléndido.
De color amarillo limón muy intenso, con reflejos acerados. Muy limpio y brillante, como si fuese un vino del año.
Los aromas intensos, de crianza noble, maderas finas, especias, lácteos, fruta de hueso, corteza de limón y almendras tiernas.
En la boca me ha parecido un vino muy expresivo, untuoso, redondo y equilibrado, con una acidez presente de buena estructura, lo hace sentir fresco y joven. Un vino que llena la boca. No lo encuentro muy astringente, la madera está muy bien controlada, me vuelve a evocar la "juventud de un blanco de cinco años".
Tiene una persistencia en boca medio larga.
El posgusto vuelve a traer los aromas de maderas nobles y almendras tiernas.
Un vino que ha sabido mantener la tradición de los blancos con crianza al gusto actual.
Muy bueno

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