Nueva cata en los viernes de final de casi todos los meses (éste se ha retrasado) y en esta ocasión dedicado a los aceites con la colaboración presentación y dirección de cata de la Escuela Superior del Aceite de Oliva que probamos y catamos según reglamento, un AOVE arbequina de Marsala (Villena, Alicante) de olivos plantados en seto sorprendente por sus intensidades, un AOVE de El Empiedro (Priego, Córdoba) hojiblanca también sobresaliente y una aceituna cobrancosa portuguesa que no cumplió estándares de AOVE y no nos dijeron origen pero que sirvió de contraste perfectamente. La cata se hizo en pequeños vasos de color azul que impedian conocer el color del aceite y con una cubierta para que no escaparan los aromas tras su servicio.

Como siempre mesas grupales bien vestidas, buenas copas, vajilla y cubertería correcta y un servicio rápido y eficaz como acostumbra; se sirvió la cena posterior con vino Care tinto sobre lías (un coupage de garnacha y syraz) curioso, aparte de gua sin gas, ambos sin límite. Lo cenado por todos como menú:

. ensalada de tomate y burrata: unos cuantos canónigos, tomates cherry  que sorprendieron (y gustaron mucho) por estar escaldados y un queso burrata correcto.

. bacalao con patatas al vapor: aquí es frecuente que pongan bacalao porque lo hace bueno y sirven un buen lomo; algunos lo encontraron algo salado pero es que comen sin sal por aquello de la tensión. Las patatas salieron antes de tiempo del vapor.

. helado de vainilla con nueces naturales: no se que quiere decir lo de naturales pero estaban en buen número y sin roturas; el helado de buen nivel y el conjunto se mejoró con la incorporación de un chupito de AOVE sobre el helado dejando un punto más graso y menos dulce. Sobresaliente la idea.

Unos cafés e infusiones más una sobremesa con viejos amigos y compañeros siempre aporta endorfinas que mejoran la salud.

Cita navideña de grupo en el colegio con dos mesas grandes redondas y con el menú establecido con el local con un par de opciones para elegir de cada plato de forma individual.

Mesas bien vestidas, copas correctas, vajilla cubertería y mantelería bien; amplitud de espacio y comodidad de sillas. Buen servicio de sala y rapidez de cocina pese a estar bastante lleno al coincidir con la comida de trabajadores en otro salón..

Para beber: de entrada Viña Mayor verdejo 2021, para el principal el tinto Viña Mayor roble 2019, ambos muy sencillos; a los postres como cava Vereda Real brut nature de uva macabeo y con 14 meses de crianza que sorprendió para su precio. Autoservicio desde el minuto cero.

Elegimos:

. aperitivo: aceitunas cacahuetes salados y patatas chips.

. crema de calabaza: bien tamizada y con buen sabor salpicada con un ligero toque de aceite en superficie. Poco apariencia y bien de sabor.

. pato a la naranja: bien preparada y con el contraste de acidez de naranja y carne grasa. Notable.

. flan de queso: sencillo y cumple.

Unos dulces navideños y unos cafés e infusiones más una sobremesa compartida que se amplió con unas partidas de dominó durante la tarde. .

Misión cumplida.

Nuevo evento, en esta ocasión una cata de vinos de bodegas Xaló, la cuna del moscatel, con vinos de circuito de restauración más que de vinos a la venta en bodega, es la excusa para una nueva reunión de viernes a fin de mes de compañeros profesionales y amigos o familiares.

Con una buena dirección de cata a cargo de Vicent Soto probamos vermouth Xaloneret tinto (me pareció bien bueno), Marnes blanco 2022, Marnes Roble 2021 y Vall de Xaló vino dulce (de uva Giró y me gusto bastante) y durante la cena nos pusieron un correcto Castell d´Aixa 2021 tinto crianza:

. hojaldre de berenjena con queso de cabra y tomate confitado: bien preparado y bien hojaldrado.

. solomillo a la mostaza: plato muy vintage peor con buena carne de cerdo.

. helado de turrón: abuso del mismo en las últimas visitas y sigue dando en boca demasiada mantequilla. Mejoró con el riego del vino dulce.

. dulces navideños: polvorones y roscos de vino, más algún bombón para el café e infusiones.

Una cena  siempre agradable que sirve para recuperar conexiones perdidas.

Nuevo curso de catas en el club y en esta ocasión con cervezas artesanas Castrum, en concreto fueron: Castrum Pampa Lager, Castrum Scottish Export, Castrum American IPA y Castrum Hoppy Beer Day, bastante complejas y muy diferentes entre sí. La primera, y servida a presión en jarras, nos acompañó durante toda la cena; fue la que más gustó por su sencillez.

Sin cambios en el local ni en las formas y con el consiguiente menú:

. ensaladilla rusa: con sus ingredientes presentes y bien troceados y buena mayonesa como elemento integrador. Muy bien.

. codillo al horno: más jugoso del recuerdo del año anterior pero sin ningún complemento. Notable.

. versión de Apfelstrudel: con un helado de turrón como novedad que fue fallida pues estaba demasiado mantecoso y poco sabor a almendra. La tarta de manzana estaba dentro de un hojaldre a modo de rollito asiático de buen tamaño; mal el helado y bien el apfelstrudel.

Cafés e infusiones más la sobremesa habitual con excompañeros de profesión es un plus añadido a la cena.

Nuevo viernes final de mes y nueva convocatoria para una cata, en este caso cata de quesos artesanos de La Granja El Parral, ubicada en Barxeta y con una elaboración totalmente artesana y venta directa en mercaditos. Probamos queso fresco, queso cremoso de oveja, queso semicurado de oveja, queso curado de oveja y requesón. Buenos y lo el mejor el curado como era esperado, pero sorprende el requesón.

En vinos con la cata (algunos sí, otros no) y todos con la cena: Valderivero 2019 roble tinto y en blanco Viña Mayor verdejo 2021; sin límite de cantidades y sin servicio en copas. La cena posterior consistió en:

. espinacas horneadas con bechamel de queso: bien rustidas, mejorables en la presencia, pero bien en el sabor.

. lomo con salsa de uva: acompañado de unas patatas panaderas. Elaboración básica y presentación similar. Los lomos resultaron muy diferentes de corte y ternura.

. postre: tarta de almendras y helado de vainilla. Quizás lo mejor.

Opción de cafés, infusiones y similares, sin cremaets. Lo mejor la compañía y la cata.

Nueva ocasión de cenar con compañeros y familiares con la cita del Club Gastronómico Hipócrates y con una cata de vinos previa, de vinos de gama baja patrocinada por una conocida empresa de alimentación muy implantada en la ciudad y comunidad.

La cena consistió en:

. Crema de champiñón con crujiente de cebolla caramelizada: de aspecto poco atractivo pero bien de sabor con láminas de champiñones

. Bacalao con almendras: bien cocinado y bien salseado. Cumplió.

. Tarta Tatín de manzana: acompañada de un helado de vainilla mejorable; la tarta bien presentada, punto dulce menos de lo esperado, buena textura.

. Bollito preñado: con chocolate en su interior, con buen punto de dulce. Fue una buena compañía de los cafés e infusiones finales con que acabamos la velada.

Aparte de los vinos de la cata, la cena se llevó con Valderivero Roble 2020

Restaurante del Colegio de médicos de Valencia, situado en el primer piso del edificio y que da servicio al hotel ubicado en el propio espacio construido dentro del colegio. Dispone de 2 comedores, uno a la entrada con la barra al fondo y otro en un espacio lateral al propio comedor.

Tiene un club gastronómico que celebra eventos y catas y con la excusa del Oktoberfest organizó una cata de cervezas y una cena posterior. La cata bien llevada y planteada con unas cervezas poco frecuentes, lo que es de agradecer.

Lo cenado:

. ensalada alemana: a modo de ensaladilla, bien de sabor, buena textura.

. codillo de cerdo con manzana asada: bien guisado, jugoso y bien complementado.

. coulant y helado de vainilla: básico pero resuelto; helado mejorable.

. strudel: boien elaborado, bien de sabor y textura. Lo mejor de la cena.

Unos cafés e infusiones finales para la sobremesa y encuentros con compañeros de hace años.