Pirineos

Cena de amigos en este pequeño local de apenas 5 mesas perfectamente atendido por Francisco Olivas, todo un maestro en la materia con el que se aprende muchisimo, sobre todo en el mundo de los vinos donde es todo en estandarte.
El local como digo es reducido en tamaño pero con mesas suficientemente amplias, el entorno es algo antiguo y un tanto recargado pero le da cierto encanto.El sirvicio es rapido en mesa, estas bien equipadas con cristaleria scott y una buena cuberteria.
Entrando en materia, nos sirvieron de aperitivo un caldo de cocido y una cuchara de ensalada de marisco, los entrantes fueron, puntilla con ajos tiernos (muy sabroso), morcilla de arroz con chistorra y pimientos de padron (buena materia prima) y setas de temporada con huevo trufado (este fallo un poco en sabor).
De segundo fueron una chuleta de buey (cantidad y calidad), solomillo de novillo y rabo de toro (este ultimo lo probe y estaba muy jugoso).
De postre, flan de higo y chocolate a la naranja (correcto).
En cuanto a la carta de vinos es bastante amplia y con demasiadas referencia de 30€ en adelante, lo que "pidieron mis acompañantes" fueron un Pasamonte 05 y Desafio Mediterraneo.
Para terminar la cena Paco nos preparo magnificamente 4 Gin-tonic de Citadelle con Fever Tree (esto si, lo que pude pedirlo yo).

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