Local destinados a eventos de volumen de comensales, en nuestro caso más de 200, situado a unos 15 minutos de autobús de Castellón y que dispone de unos preciosos exteriores ajardinados muy cuidados junto a campos de naranjos. Dispone de 2 comedores que pueden separarse y unas instalaciones de barra de bar para copas a posteriori, guardarropa, aparcamiento, etc.. muy buenas.

El servicio y organización fue académico y bien preparado tanto para el coctel exterior como para la cena en el interior sin olvidar la parte decorativa sobre todo en el exterior más una amplia barra para servicio de bebidas.

Mesas sillas copas mantelería.. todo de buen nivel con buena separación entre comensales y entre mesas. No se escatima en el servicio y cantidad de la bebida que además encargamos fuera toda valenciana. A saber: Flor de Taronger blanco, una malvasía elaborada en seco de la IGP Castellón que también fue la misma para el tinto La Perdición un buen coupage multiuvas. Al menos no fueron peores que los habituales verdejos fresquitos y riojitas de gama media baja. Al final se repartió Expressión cava de Dominio de la Vega. Por supuesto aguas, cervezas y refrescos que fueran necesarios.

En la parte sólida en el exterior se dispuso un buffet de encurtidos (aceitunas locales etc), degustación de vermuts (Carmelitano de Benicassim) y carro de cervezas con papas García que precedieron a un cortador de jamón ibérico de cebo de campo y a los aperitivos en mesas altas con coca de pulpo de roca de la lonja, langostinos crujientes con mayonesa kimchi y croquetas de conejo confitado del Maestrazgo; todos productos de cercanía o al menos de la provincia.

Pasamos a las mesas del interior para la cena propiamente dicha:

. bacalao al jabugo, guiso de edamame y sobrasada de la Benlloch: magnífica combinación de sabores con un pescado que se laminaba con suma facilidad aunque un poco desalado en exceso para mi gusto pero seguro que en la media del gusto general; la aportación de la sobrasada, de nuevo producto local, muy acertada. Muy bien.

. pluma ibérica a la brasa, emulsión de chimichurri y ajos tiernos: perfectos los complementos pero la carne quedó algo seca posiblemente por un recalentón final antes de servir. 

. nuestro carajillo de ron helado: una deconstrucción del carajillo que me pareció una maravilla creativa: los elementos por separados y todos gustosos para ir recogiendo con la cuchara helado de café y los otros elementos. No puede faltar el llamado carajillo quemado por aquí y llamado cremaet en Valencia. Impresionante.

Una cocina moderna en su concepción y emplatados, alejada de los menús y preparaciones clásicas de coctel de langostinos, fiambres y entrecote al roquefort. Muy lograda.

Para la sobremesa y la actuación musical se dispuso de una copa por persona incluida en el precio. Se aprovecharon todas porque salimos más allá de las 2.30h con los músicos rogando que nos fuéramos.