Buena paella

No conocía el local. Llegamos en excursión con moto acuática por recomendación de uno de mis acompañantes. Local con mucho encanto por su situación sobre una pequeña atalaya sobre una calita, sus vistas a la bahía de Moraira y sus terrazas decoradas con gusto. Mobiliario cómodo y funcional, a la vez que emoderno y elegante, toldos de calidad que protegen bien del sol, servicio cortés y diligente... Todo pinta bien en un principio.

Tras las "quasi obligadas" cañas iniciales (hoy nos las hemos ganado) pedimos:

- Ensalada Chamizo: para ser la que lleva el nombre del restaurante y la más cara de la carta, esperaba mucho más: lechuga, tomate, aceitunas, zanahoria rayada (de conserva), maiz, atún... El único toque un pelín diferente la presencia de lentejas.

- Sardinas a la plancha: 5, de tamaño no muy grande. Correcto.

- Paella valenciana: hacía años que no pedía paella en un restaurante (siempre tiramos a los arroces marineros), pero la intolerancia de uno de los comensales con el pescado, nos empujó a haverlo. Realmente buena: valenciana 100% que no alicantina: pollo, conejo y verduras. Nada más. Exceso de romero, eso sí. Capa muy fina de arroz, punto exacto y un sabor como hecha sobre fuego de leña (no puedo asegurarlo). No sobró ni un grano (ración justa?)-

- Melón solo para mí. Los demás no tomaron postres. Muy dulce y fresco.

Acabamos con cafés. Tomamos una botella de Viñas del Cerro Chardonnay. Carta correcta y servicio básico: descorche, dar a probar, primer servicio y botella en enfriavinos.

Resumiendo: entorno muy apetecible y comida correcta (salvados por la paella). Me giustaría poder puntuar la comida con un 6, pero no lo permite (o 5 o 7). EL local llenos a rebosar, eso sí, pero sin interferencias entre las mesas.