Vuelvo a mi comentario anterior, y reitero que es muy dificil realizar una critica sin ser "atacado". Me parece muy bien su opinión, y sinceramente, me agrada que disfrutara del restaurante. Le aseguro, que mi ilusión era grande, como en todos los casos que acudo. Sea El Bulli, los Roca, o el bar Pepe. Siempre en todos los lugares encontramos algo que nos entusiasme. y si no es así, pues también hay que comentarlo, por qué no?
Me parece que no ha leído bien mi comentario. En las primeras líneas señalo que ante nuestra pregunta si disponían de otras marcas de cerveza, la respuesta fue totalmente negativa, indicandonos solamente dos. El requerimiento ante el camarero encargado de las bebidas es suficiente información. Incluso voy más allá, ya que mostre mi sorpresa ante ese dato. Cosa que joven camarero no fue capaz de informarme de nada. Sinceramente, parecía sobrepasado ante el servicio de una comida.
De la cocina, que es lo que más nos importa. No entiendo su comentario del foie. Los canutillos de cecina que nos sirvieron estaban extremadamente fríos. Perdiendo totalmente el sabor. Y del foie a la plancha, nada nuevo. Sabía lo que pedía, pero también esperaba algún elemento de sorpresa en el plato. El foie es un alimento del que se ha abusado en los últimos años. No estaría demás, incluir alguna variante dentro del mismo. Como ejemplo, algunas de las estupendas barras de Donosti. Algunas elaboraciones son tremendente originales sin perder el punto de plancha.
Huevo con jijas y pure de patata. Me indica que escoga otro plato. Pues lo que faltaba. Le recomiendo que vuelva a leer mi comentario acerca de mi cambio del plato de carne.
El plato no es que fuera un desastre, pero que no me lo vendan como lo que no es.
No comparto en absoluto su opinión sobre el plato del pescado. Compruebo que la única variación es la lubina por mi bacalao. Pocas veces, he dejado un plato sin terminar. Pero este era incomestible. Sabores independientes, cada uno por su lado. Un bacalao con una carencia de sabor absoluta. El comentario de uno de los comensales fue acertadísimo: "agua con sal". Y del fondo, esas manitas de lechazo. ¿Donde estaban? Bajo un caldo insipido, flotaban como restos de algo que era imposible adivinar. Ni sabor, si olor y sin esa melosidad que caracteriza unas maravillas como son las manitas.
Para terminar, creo que se está haciendo una montaña de una crítica hacia una mala experiencia en este restaurante. Incluso acusandome de premeditación, vamos por favor! Pocas cosas hay más maravillosas que la gastronomía o una buena comida. Por mi parte, encuentro en ella una emoción, una magia que no logro atisbar en otras experiencias.
Esperando a que nos ubicaran en nuestra mesa, estaba como un "chiquillo con zapatos nuevos". Pero luego todo al final se fue al traste. ¿Qué tuvieron un mal día? Puede ser. Y como dice el anterior comentario, habrá que darle otra oportunidad? Lo intentaré. Pero tal y como están las cosas, salir a comer no es nada barato y encima tantos restaurantes y tan poco tiempo, veremos.
Un saludo y espero que zanjemos este asunto aquí. Tan solo es una crítica, sin más.