Un clásico de los que no fallan.

Rojo cereza, capa media, menisco rubí, limpio y brillante.
Intensidad aromática media-alta, notas de reducción, maderas nobles, tostados, balsámicos, todo muy bien integrado y muy evolutivo. De fruta no encontré nada.
Paso de boca correcto, redondo, con una punta de acidez, retrogusto a tostados y recuerdo medio-largo.
En plenitud, aguantará a lo sumo otros dos años.
Precio sobre los 23 €, correcto, es un vino singular, para quedar siempre bien.

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