Color cereza de borde atejado pero no demasiado, capa media, más de la que esperaba. En nariz es sorprendente (para mi que no estoy acostumbrado a los vinos de 21 años): tierra de labranza, trufa, humedad, chocolate... Oscila con facilidad entre un aroma que me gusta y me desagrada. Curioso. En boca es pulídisimo, equilibrado, casi agua, con una retronasal muy sútil que casi no dice nada y cierto final con persistencia. Lo anula cualquier otro vino, para tomar sólo. No le veo una mala evolución, mantiene el equilibrio. Un 8 con "peros", le valoro la complejidad y originalidad pero en boca apenas dice nada. 29 euros
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