Otra rareza, las características de las botellas nos hacen datarla en los años 50/60.
Precioso color oro viejo con destellos anaranjados, muy limpio y brillante.
Nariz potente e intensa, de buena complejidad, fruta fresca blanca (pera), ralladura de limón, bollería con anises, sobre un fondo avainillado y ligeramente dulce (miel).
Boca corpulenta, con estructura y profundidad, muy buena acidez, toques de madera de calidad muy bien integrados con los tonos frutales, muy sabroso, con un final más que notable que deja un recuerdo levemente cítrico y avainillado.
Excelente vino, en un punto de consumo magnífico, aunque vemos mucho recorrido aún.
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