Muy pero que muy aromático, es una gozada, tenemos ante nosotros un yogur de frutas del bosque, moras jugosas, fresas maduras, frambuesas chispeantes, están todas. Violetas envueltas en azúcar.Es potente, puede pecar de algo exagerado, pero no lo sucede, se atempera, muestra el poder de la fruta con franqueza, con bastante verdad, se muestra natural. Sientes la maceración, el palpito de la fermentación, del deposito, del tolare. Se mueve muy bien a temperaturas bajas.

En la boca es amable, gozoso, un dulce que no cobra protagonismo, una acidez viva, casi vibrante, jugosa, maravillosamente tramada con un amargo de la piel de la ciruela, de la manzana, grato punto de regaliz. Surge el tanino, muy al final, con un punto seco, que no hace más que alargar la vida y la estancia del vino en la boca. Brutal, perdón Frutal.
Y en la añada 2013, le sigo la pista...