Bonito local, muy curiosas las paredes adornadas con citas, dibujos, etc

Bonito local, muy curiosas las paredes adornadas con citas, dibujos, etc... de clientes que lo han visitado. Acertada la mantelería, copas correctas y funcionales.
Amable (un pelín demasiado) atención a cargo de la propietaria quien te orienta (excesivamente) hacia un entrante único que aúna 4 pequeños platitos (a destacar el canelón de anguila, el queso de Almedíjar o las habitas con ajitos tiernos), todo ello excelente.
No hacen carnes, algunos arroces por encargo y sólo pescados. El recomenado por el local es el papillote, en nuestro caso tres variedades (sin espinas, recalcan), que clavan de forma magnífica.
Tomamos Jean Leon, mantenido en cubitera. Carta corta. Buenas tartas en los postres. Lo que hacen, lo hacen bien. Sobre 50 euros p/p.