Succo
Restaurante céntrico, situado en una calleja que desemboca en la plaza Mayor de Plasencia. Consta de dos ambientes: el bar nada más entrar con mesas altas y alguna mesa baja; restaurante separado totalmente de la zona anterior muy bulliciosa.
La sala no es muy grande con mesas bien vestidas, buen ambiente, suficiente separación entre mesas (al menos la nuestra). Mesas amplias y sillas cómodas.
Las copas de vino eran de dos tipos, vino blanco más pequeñas y otras bastante abiertas sin llegar al balón. Suficientes pero sin destacar. Carta de vino cortita, muy clásica, sin casi blancos o espumosos y los que había poco interesantes (para mi gusto, claro). La de tintos centrada en vinos de Extremadura, rioja y ribera con algunos más. Precios muy buenos (San Román 29, Mauro 30...) y con la joya de la corona Ygay 2005 a 39 euros(no me pude resistir).
La carta de comida es cortita pero más que suficiente con alguna recomendación fuera de carta.
Tomamos media de quesos extremeños (no se presentaron los quesos prácticamente, 3 tipos, de los que destaca especialmente uno con trufa, el resto correctos. 8 euros).
Media de Tomates gratinados con torta del casar (tomates sin sabor y buena la torta, 8 euros).
Un principal fue atún rojo (bien de punto de cocción y calidad buena también sin destacar, 18 euros)
Pierna de cabrito confitada (muy buen producto y bien confitado 22 euros).
Postre para compartir una tarta de queso espectacular, 5 euros.
La nota negativa fue que entramos a las 13.40 con dos carritos de bebes y estábamos solos, a las 14.15 entró a preguntar un conocido del dueño y les dijo que pasasen a las 15.15 y se la daba porque lo tenía lleno, con lo que pensé que nuestra mesa era para ellos. Así fue ya que sin yo pedirlo a las 15.15 me dijo el metre que si me podía traer la cuenta. La verdad es que con dos renacuajos ni se nos ocurre hacer sobremesa y nos íbamos a ir en breve pero quedó feo.
El trato fue bueno salvo ese incidente. Me pareció curioso que hasta casi las 14.45 en la sala sólo había nuestra mesa y otra pareja y de repente en un cuarto de hora se llenó la sala hasta por encima de su capacidad.
Con pan, café y agua 105,5 euros