Buscando en la Guía Michelin encontramos este restaurante, céntrico y que nos pillaba de paso según la ruta que habíamos preparado. Mejor reservar.
45 años de fotos da para empapelar literalmente el enorme local, abarrotado de mesas y gente, y bastante ruidoso. Oímos no menos de 6 idiomas diferentes, aunque el portugués predominaba. Mesas de buen tamaño y sillas cómodas. Servicio con un trato excesivamente familiar para mi gusto, además de algo lento. Ninguno de los camareros que nos atendieron hablaba un castellano aceptable, aunque la carta sí estaba en castellano. Menaje correcto. Carta a base de platos tradicionales. Presentaciones de primer programa de Masterchef. Disponen de marisco vivo. Puedes elegir la pieza y te la cocinan. Carta de vinos bastante amplia con precios x2 aprox. Servicio de vino consistente en apertura, prueba y primer llenado. Copas aceptables, aunque no para algunos de los vinos que ofrecen.
Hay que tener en cuenta que en este tipo de locales lo que hay encima de la mesa cuando te sientan no es a cargo de la casa. Si comes algo, lo pagas. Puedes pedir que se lo lleven sin ningún problema. Si no te lo comes, no te lo cobran. A pesar de que pedimos que nos retirasen el pan y de que no lo tocamos, nos cobraron 2,90 € por él.
Almuerzo para dos en la primera planta, en una mesa algo apartada del resto, por lo que pudimos comer con relativa tranquilidad. Tomamos:
- Aceitunas (0,90 €) - Estaban encima de la mesa, eran baratas y había hambre... Bien.
- Croquetas de bacalao (5 €) - Sabrosas y más ligeras que la mayoría de las que probamos en otros locales.
- Almejas al estilo Bulhão Pato (21 €) - Con cilantro, ajo y limón. Sabrosas y de tamaño medio.
- Bacalao asado al horno a la portuguesa (24,50 €) - Ración enorme. Bueno, aunque la guarnición nos decepcionó porque nos pareció insípida.
- Cabrito al horno al estilo de Monção con patata asada y arroz al horno (23,50 €) - Debería haber sospechado cuando le pregunté al camarero qué parte del cabrito era y me contestó que un poco de todo... Ración enorme. El cabrito estaba un tanto seco para mi gusto. El arroz me pareció infumable. La patata asada, bien.
De postre, Pão de ló de Monção com doce de ovos (6,50 €). Viene a ser una tarta de bizcocho rellena de crema pastelera. Contundente.
Para beber, una botella de agua de 3/4 l. (4,15 €) y una botella de Colinas Rosé de Pinots Cuvée Brut Reserve 2011 (62,50 €) que ayudó mucho a bajar la comida.
No comimos mal, pero las raciones nos parecieron exageradas y las guarniciones, bastante pobres. Comida sencilla a un precio desorbitado.
La única pared que no tenía fotos era la de la vinoteca
Almejas al estilo Bulhão Pato
Bacalao asado al horno a la portuguesa
Cabrito al horno al estilo de Monção con patata asada y arroz al horno
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