restaurante con una * michelin, al que acudimos por esa razón y referencias verema.
está situado a pie de carretera.
decoración moderna, escaseando la luz de manera elegante.
todo el personal agradable y atento, con un nivel de profesionalidad acorde.
tiene una carta, dos menús degustación, uno que puede hacer a medida el cliente según la carta (60 €), y otro cerrado (90 €).
así mismo posibilidad de comer a la carta.
nada más llegar, y mientras tomas una aperetivo, antes de decidir nada, te ofrecen unos entrantes para ir ubicándote y definiendo el estilo de la noche.
la decoración es muy correcta, gustos son colores, con algún descuido (en el baño hay un agujero en la pared como si faltase un aplique).
las mesas no tienen mantel, pero el material con que están echas es cálido y agradable, aunque cuando cae alguna gota, del vino o de la humedad de las copas de agua por ejemplo, queda la marca hasta que se evapora, lo que particularmente no me pareció apropiado.
cubertería, loza y cristalería ajustadas al juego que estamos jugando.
servicio muy correcto y agradable, el habitual en los "estrellados" y lo más barato de copiar, aunque no sucede demasiado..
el menú contiene una diversidad de platos (8-9-10) que a buen ritmo van paseándose por la mesa, a cuál más interesante...buenas combinaciones y acierto en la mayoría.
se echa en falta preguntar por las alergías o por algún alimento incompatible así como una factura resumen que recoja el detalle de lo cenado....
en resumen, una experiencia fantástica y totalmente recomendable.