Restaurante recomendado como: de pescados y mariscos con un entorno muy clásico.
Cena para seis personas, se traviesa la zona de la barra, donde hay unas viveros con gran cantidad de marisco. Junto a la barra hay una zona para tomar algo informal sobre unas barras con taburetes y mantelitos cuadrados.
Nos acomodamos en el comedor interior, muy clasicota en su decoración, en una mesa amplia y bastante bien vestida.
Camarero con ganas de agradar, pero con una buena distancia en el trato.
Como he visto en otras ocasiones, televisión presente encendida, sin apenas volumen, donde se retransmitía una corrida de toros a la portuguesa.
Para compartir, tras una cervezas y los consabidos entrantes que te ponen y te cobran en Portugal, tomamos unos pimientos de Padrón, con buen punto de fritura.
Después no ponemos de acuerdo y todos nos decidimos por un rodaballo de 2.200 kg a la plancha, acompañado de sus guarniciones, como fueron repollo bien tratado y patatas. Buena la carne del rodaballo, que tras presentarse, se emplató y desespinó en una mesa accesoria.
De postre, tomamos medio compartido: tres porciones de queso de la Serra (bueno, bueno, pareciéndose en parte a la torta del Casar) piña y dos postres típicos de la zona, como son pao de lo var y troxas ovos, curiosos, donde predomina las yemas de huevo y el azúcar.
Buen servicio del vino, con buenas temperaturas de servicio, tomando Redoma 2010, Vertente 2008 y un tawny de 20 años.
Precio total con lo descrito mas agua y el pan, fue de 221 euros, por tanto a 35 euros por comensal.
Comentario:
Recomendado por portugueses que saben del comer y beber, y es más, el taxista que nos acerco, contaba toda la gente importante de Portugal que tiene al tal restaurante como preferido con asistencia asidua.
A mi, pareció un clásico, con buen producto, bien tratado y a unos precios normales para lo que te ofrece.
De la visita a este restaurante saqué como conclusión que cumple su cometido de manera satisfactoria. Es de esos restaurantes pensados para satisfacer a los comensales con una buena comida. Se trata de un restaurante de los de siempre: instalaciones correctas y productos de primera calidad: el marisco y el pescado estaban expuestos a la vista -piezas grandes, vivas, brillantes -; incluso los vinos expuestos, como parte de la decoración, sugerían que estábamos en un santuario donde se podría comer y beber bien.
Pues de Redoma cayeron dos botellas, no lo habia puesto para no asustar.
Oñó! Pues sí que eres exigente con la RCP!
Es que en teoria Portugal es mas barato que aqui.
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