A nosotros muy bien.

Solemos acercarnos periódicamente al Teatro Romano para disfrutar de alguna función y siempre nos alojamos en este Parador.  Normalmente comemos en su restaurante, que ocupa el antiguo salón Refectorio del Convento. En verano, además se puede comer en el Jardín de las antigüedades.  En su carta se pueden encontrar productos y recetas de la cocina tradicional extremeña.

Con mi pareja, después del aperitivo de cortesía y del servicio de pan y aove, compartimos un plato de Alcachofas confitadas en AOVE a la parrilla sobre romescu y torreznos, como principales tomamos Pluma de cerdo ibérico de bellota 100% Raza autóctona con salsa de torta y Chuletillas de cordero fritas con ajo y migas.  Para el postre nos decantamos por una tarta de zanahorias de su obrador fuera de carta y Queso de almendras de Alcuescar con sorbete de mandarina.

El vino que tomamos (por copas) fue un tinto local: Balancines Gold Crianza  ́18 D.O Ribera del Guadiana. Tempranillo, Garnacha tintorera.

El restaurante estaba “abarrotado”, pero al servicio de sala y cocina no se le pudo poner ninguna pega.  Todos excelentes profesionales y siempre dispuestos a aconsejar.  El sabor de los platos muy ricos y el vino muy bien servido.