Cena en Barbillon Oyster

Estimados degustadores, 

Barbillon Oyster nos recibe a la entrada, previa reserva, con un servicio de recepción que nos acompaña a los 4 comensales a la mesa asignada. Antes de continuar, mencionar que disponen de servicio de aparca-coches, pero desconozco si tiene algún coste adicional. 

Una vez en mesa, disponemos de una cubitera con una botella de agua y su respectivo hielo. Nos facilitan las primeras bebidas y las cartas, tanto de comida como de bebida. El camarero se retira y deliberamos lo que vamos a elegir. Vuelve el camarero con la PDA y le decimos los platos que queremos probar y escogemos un vino tinto.

-Vino Tinto Lopez Cristobal. D.O Ribera del Duero. Elegido por nosotros sin recomendación del camarero. Desconocemos sin tienen sumiller. El vino llega a mesa, para nuestro gusto algo caliente, por lo que aprovechamos para meterlo en la cubitera junto al agua. 

-Ostras Guillardeu Nº5 al natural, presentadas sobre base de hielo y un condimento liquido aparte con sabor asiático fusionado. Desconocemos los ingredientes pero debía incluir soja, vinagre, miel y algo de remolacha por el color morado. 

-Zamburiñas picantonas, adecuadas, sensación de pimentón picante no granuloso en boca. Picante correcto.

-Alcachofa a la brasa con romesco. Como bien sabéis, si no se pela bien la alcachofa, algunas hojas externas pueden quedar duras. El centro de la alcachofa delicado, acompañas de sal en escamas y salsa romesco aparte.

-Atún rojo Balfego en tosta, al estilo contramar. Plato exquisito. Coincidimos en mesa de la exquisitez del bocado, tamaño justo, tosta crujiente donde predomina el sabor del atún con aguacate y una pizca de salsa que favorece la mezcla de sabores.    

-Bienmesabe con salsa tártara. Rebozado correcto y frito sin sabor a aceite. Adecuados, correctos, sin sorpresa. 

-Chipironcitos a la andaluza con huevo frito. Nos presentan el plato y lo retiran para mezclarlo. Vemos un plato ordenado de cocina, y a la vuelta ya esta el huevo roto y mezclado con los chipironcitos. Vuelve a ser un plato adecuado, correcto y sin sorpresa. Similar a unos huevos rotos, pero en este caso con chipirones.

-Salteado de solomillo con verduras al estilo asiático. Un solomillo cortado, acompañado de salsa teriyaki y unos brotes verdes. El punto de la carne es el determinado por el chef ya que no nos preguntan al pedirlo como queremos la carne. Los brotes verdes, principalmente bimi, similar al brocoli.

-Postres. Intentamos pedir cuatro postres diferentes, indicamos que queríamos probarlos todos excepto la piña a la brasa. El camarero nos informa de que se han quedado sin uno de ellos por lo que decidimos pedir los otros tres restantes, tarta árabe, tarta de chocolate blanco y queso al horno y, por último, torrija de pan brioche a la brasa y helado de leche merengada. Sorprende y encanta en mesa la tarta árabe. Varias capas de masa fina y crujiente con lascas de almendras, azúcar glass y un relleno similar a la natilla. Tarta de queso adecuada, dulce, untuosa. En mesa coincidimos que el sabor de la torrija no es el adecuado, teniendo un sabor intenso a quemado, desconocemos si por el efecto de la brasa o por la caramelización del azúcar. Presentan dos porciones de brioches y retiran el plato con media porción, le indicamos al camarero nuestra percepción y no obtenemos respuesta.