Restaurante Thalassa en Valencia
Restaurante Thalassa
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

Añadir tipo de cocina

Añadir vino por copa

Precio desde:
30,70 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
30 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.5
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.0
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
5.0
RCP CALIDAD-PRECIO
7.0
hojas de parra
gyro
postre
carajillo
interior
exterior
Opiniones de Thalassa
OPINIONES
1

Al final de la calle Yecla, en una plaza peatonal y en una esquina está este local de cocina tradicional griega que preparad los platos bajo demanda. Dispone de muchas mesas en la terraza, ahora sí, terraza y no acera más la sala interior con pocas mesas (menos de 20 comensales) algo apretadas a la izquierda dejando al fondo la barra y detrás la pequeña cocina.

En sala tiene buen servicio por el jefe y ¿su pareja? y una pequeña ayuda antes de empezar el servicio fuerte de medio día (luego se pasa a ayudar en cocina). Las mesas de madera pintada como las sillas necesitaría un pequeño repaso; los espacios interiores quedan estrechos. El sitio es luminoso por ventanas a la calle y porque pintado de blanco y azul griego (como su bandera) y su mar; por algo se llama Thalassa que en la mitología griega equivale a diosa del mar; unos paisajes (parecen fotos) de sus míticas islas en los cuadros completan el ambiente muy griego remarcado por una suave música.

No hay manteles en mi mesa (sí en otras preparadas) y me ponen uno individual como los que ponen en la terraza, las copas son mejorables, la vajilla y cubertería algo mejor. El servicio de sala y salida de platos es rápido. La carta de vinos es corta aunque sí hay algún vino griego (blanco y tinto) de forma simbólica; por copas hay uno y punto: Homenaje roble 2022 un coupage de tempranillo y cabernet bastante básico que estaba cerca del congelador y que hubo que calentar en copa; fue bien servido en la mesa de botella ya abierta pero no estaba oxidado; a posteriori vino el jefe y me la rellenó gratuitamente para acabar la botella. Hay también variedad de cervezas con una griega en carta y creo que otra fuera de carta, que me enteré tarde.

La carta de comidas es plastificada con imágenes de los platos, algo que en estas cocinas del mundo siempre se agradece porque la comida desconocida entra (o no) por los ojos. Hay bastantes platos con ingredientes relatados y sí que son platos de cocina tradicional griega.

Tras unos cuantos cambios de fecha en la reserva por fin llega el momento y elijo para comerme (voy solo) 3 platos que me toman nota sin pestañear, incluso me ofrecen pan de pita añadido, tras colocarme en una mesa ya detrás de la barra junto a una ventana pero con perspectiva de todo sala, barra y casi cocina. Menos mal que llegan los jefes, Laerto, creo se llama, y para en cocina la preparación de mi mousaká porque le parece una exageración; y a fe que lo era, menos mal. 

La comida consistió en:

. dolmadaquia: la clásica hoja de parra que envuelve un arroz; son cinco pequeñas unidades apoyadas en una fina capa de  aceite de oliva sobre una base de rodajitas de limón y acompañadas de una crema de yogurt griego consiguiendo un conjunto elegante y suave porque la hoja no se empapa de aceite; me gustaron más que la versión siria probada hace unos días. Bien.

. gyro de cerdo: enorme plato de un lomo cortado en láminas y en cantidad como si no hubiera mañana que parece que se guisó entero para marinarse con tzatziqui, quizás un poco seco y muy especiado por encima; acompañan otro tanto en cantidad de patatas fritas caseras casi crujientes más unas lonchitas de tomate cebolla morada, pepino y salsa de yogurt para variar un poco más unos triángulos de pan de pita para empujar. Ojo que la ración compartida entre tres me parecería correcta. Quizás la versión de cerdo y pollo mixta y el cambio de textura y sabor hubiera sido más permisiva con la cantidad. Menos mal que anularon la musaká porque costó de acabar (o casi acabar) este enorme plato. Debería haber opción de medio plato.

. postre: portokalòpita: se trata de un bizcocho muy embebido de naranja (no parece zumo, quizás licor o su mezcla) algo dulce pero poco, coronado por tiritas de piel de naranja confitada; acompaña un helado de vainilla espolvoreado con pistachos. Los postres griegos son siempre recomendables.

No quería café pero viendo que había ouzo (casi congelado) se me ocurre un carajillo de ouzo Vantana (la cazalla griega) que me aceptan y resultó curioso, como un carajillo de anís de alta graduación.

Sin ser muy dado a repetir este tipo de restaurantes (hay demasiados y no me da tiempo a todos), no descarto volver a por la musaká que ví pasar.

  • hojas de parra

    hojas de parra

  • gyro

    gyro

  • postre

    postre

  • carajillo

    carajillo

  • interior

    interior

  • exterior

    exterior

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar