Llevaba tiempo queriendo probar este restaurante de Bossost, en la salida hacia Francia del Valle de Arán. Bossost se está convirtiendo en un centro de alta restauración de la zona con varios restaurantes de cocina "creativa" de alto nivel. Entre otros, el icónico Er Occitán. Hemos tenido suerte y tras una buena caminata desde Es Bordes hemos encontrado mesa gracias a una cancelación de último minuto. Hasta hoy siempre ha sido imposible encontrar mesa sin reservar con cierta antelación.

El Portalet está en un bonito caserón al lado del Garona, aunque esto le suma poco a la valoración porque desde el interior no se puede ver el río. Sin embargo el interior está muy cuidado y bien puesto, renovado completamente hace poco.

Tienen dos menús uno por 49 euros (dos platos y postre) y otro por 63 euros (entrante, dos principales y postre). Destaco como principal la papada de cerdo con chipirones porque no podía imaginar lo bien que queda la mezcla de dos ingredientes a priori tan incombinables. Todo correctamente preparado y servido y con aperitivos muy originales antes del entrante. Quizá un poco lento el servicio.

El "pero" viene del servicio del vino, que se realiza en unas copas bastante infames (pedí un Louro por 28 euros, que era de los más baratos, pero me fijé que en todas las mesas las copas eran parecidas). Lo bueno es que se lo comenté a la dueña a la salida y me reconoció que tenía Riedel almacenadas y que llevaba tiempo pensando "dar puerta" a las que sufrimos hoy. Se lo tomó muy bien y estoy casi seguro de que si vuelvo la semana que viene habrá cambiado las copas.

Cada vez se come mejor en esta zona, aunque los precios tienden a dispararse.