Como su nombre indica bar, que los fines de semana se reconvierte para servir tapas de pescado y marisco, en la barra varios tertulianos comentan la actualidad, televisión en marcha con un partido de fútbol afortunadamente sin sonido al que nadie le hace caso.

El local dispone de dos espacios, el que está junto a la barra y otro detrás de la misma posiblemente como consecuencia de una ampliación del local original, buena atención por parte del propietario, los platos van saliendo con buen ritmo, dos personas en cocina que manejan bien la plancha y la freidora, la oferta está basada en tapas de pescado hechos a la plancha o en fritura que son cantados por el propietario según lo que ha podido conseguir en el mercado, local lleno con todas las mesas reservadas con antelación, es el único local en la ciudad que dispone de este tipo de oferta.

Todos los platos que tomamos fueron compartidos, empezamos con dos cañas de cerveza bien tiradas a la espera de que nos cantaran el género del que este día disponían, nos decantamos por pedir almejas, tallarinas y gambas los tres platos cocinados a la plancha  y calamares a la andaluza y boquerones, todos los productos fresquísimos y muy bien cocinados con un excelente punto de cocción, raciones abundantes, pan con tomate.

De postre tiramisú y helado de mandarina, ambos aceptables.

Las opciones de vino también cantadas, sota, caballo y rey, en esta ocasión se quedó en sota y caballo, Rueda o Albariño, nos quedamos con este ultimo, un para mí desconocido Viña Sobreira. El servicio consistió únicamente en el descorche

Una opción distinta fuera del centro turístico y comercial, un lugar al que no hubiera entrado si no me lo hubieran recomendado y que seguramente volveré en más ocasiones en plan de picoteo.