Sigue en su buena línea

Después del Covid han habido locales que han cerrado, otros han abierto, otros han cambiado, pero Aperitivo Bar con Vicente en cocina y Toñi en la sala ha permanecido en su misma línea de éxito, lo que es aún más difícil.

Físicamente no hay cambios notables; tampoco en su planteamiento gastronómico (tapeo) pero sí hay una mejora en el tema del vino en cuanto a variedad en carta, copas y servicio.

Grupo de amigos de los sábados pero que con la fiesta del lunes nuestro punto de encuentro en el Club Social cierra con lo que la alternativa, no fácil en un domingo noche, es recurrir a un valor seguro. Reserva en último instante y con suerte porque el local se llenó durante la cena tanto en la terraza como en el interior.

Mesa para diez comensales, anchos y cómodos, vajilla y cubiertos básicos, sin mantel pero no quita sensación de estar en un local agradable. Servicio amable y cercano con buenas recomendaciones.

Para beber cervezas Estrella de presión en generosa copa, un par de agua sin gas grandes y Venta del Puerto nº 12 del 2019 traído muy frío (como es habitual), más una copa suelta de otro vino tinto ¿? que hizo falta a última hora para el queso. Servicio de descorche cata y primer llenado de copas.

Todo al centro compartido aunque algunos no participaron en algún plato por cuestiones de gustos. La comanda:

. berberechos al vapor x 2: tamaño medio, buen punto de cocción y buena ración.

. almejas de carril x 12 unidades: crudas con limón, muy buena materia prima. Recomendables.

. montanitos de morcilla de arroz x 9: buen corte de una morcilla bastante especiada y que ese punto retiró a algunos que se fueron a otros montaditos de lomo (espectacular el de huevo) o de bonito en aceite. Todos ellos merecieron la pena y creo que el tema de montaditos es uno de los puntos fuertes del local.

. montadito de mi-cuit x 5: aquí quizás faltó un poco de contraste con alguna nota de mermelada o como antes, un toque de plancha que funda un poco la sensación grasa del morder, pero aun así sigue en notable.

. calamar playa x 2: un calamar fileteado en rodajas de tamaño pequeño, cortado y bien presentado. Recomendable.

. buñuelitos de bacalao x 20:  pequeños buñuelitos faltos de sabor a bacalao, con textura correcta. Prescindibles.

. boquerón frito x 3: presentado en mesura que minimiza la parquedad de la ración; buen pescado y buena fritura.

. queso de oveja x 2: pequeñas cuñas de un buen queso de oveja ya curado; ración adecuada. Se añadió media de pan tostado con aceite.

. postres: un Pastis Gascón (tarta de manzana con helado) muy cuidada presentación, seis crême brûlée notables (cuesta llamarle, como siempre ha sido, crema catalana por si crea suspicacias -¡que triste!-) y un creativo aceite chocolate y sal en un tarro y referido como bueno (pareció mejor que la vez anterior). Otro postre que no recuerdo.

En general las tapas y montaditos salen sin ningún emplatado especial, pero en los postres sí se cuidan esos detalles.

Rematamos con cafés, una copa de Dolç de Mataró y un orujo blanco para un rato de sobremesa mientras se vaciaban otras mesas.