Una pequeña gran barra

Y unas poquísimas mesas es lo que tiene este pequeño local para deleitar a su clientela con unas excelentes tapas y unos pocos platos de carne y pescado.
Lo que ahora se ha pasado a denominar gastrobar. El pescado salvaje que pone a la venta es el que le traen de las lonjas de Roses y Palamós descartando las especies de piscifactoria y la carne unos fantásticos txuletones de medio kilo o de un kilo que vienen directamente del Pais Vasco.
Diversidad de tapas originales y bien elaboradas.
Eramos tres comensales y no tuvimos otra opción que cenar en la barra a pesar de haber reservado, compartimos una coca de vidre con anchoas de l'Escala y colas de gamba rebozadas con harina de maiz acompañadas de mahonesa de curry y seguimos con cuatro piezas de salmonetes de buen tamaño y un sardo que ya advertía la carta que era para dos personas, fresco fresquísimo y hecho a la plancha en su justo punto de cocción.
Dos cañas bien tiradas de cerveza belga Affligem y una botella de albariño.
Ofrecen una gran variedad y muy buena selección de vinos por copas que se detallan en una pizarra en una de las paredes.
La cocina acorde a las dimensiones del local no da para ofrecer un servicio fluido de los platos por lo que hay demasiada demora entre platos.
Correcta atención por parte de los propietarios.
Local que por pequeño es demasiado ruidoso al estar lleno con el agravante de la música ambiental que para mi gusto es totalmente prescindible.

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    Francescf

    Ara anem ;-)

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar