Es cierto que las cosas improvisadas son las que suelen salir mejor, y así surgió la ocasión de visitar Pamplona en plenos Sanfermines y poder ver el encierro desde uno de los mejores balcones de todo el recorrido. Algo imposible de conseguir si no es gracias a algún buen amigo.
Así que la noche anterior y una vez vestidos para la ocasión con la indumentaria tradicional de los Sanfermines, nos acercamos a una de las típicas sidrerías, la Sidrería Auzmendi, para irnos entonando.
Interior típico de sidrería, donde todo gira alrededor de las kupelas de sidra, y de una buena y bien provista parrilla , sin otra pretensión de ser lo que es, una típica sidrería.
Tomamos asiento cerca de las Kupelas de Sidra ya que se intuía en el ambiente que los viajes hacia ellas serían múltiples, como así fue, y hojeamos la carta, para 5 personas una de ellas embarazada pedimos:
Cogollos de Tudela, muy ricos y muy bien acompañados con su anchoa.
Tortilla de Bakalao, muy buena y jugosa, me quedé con ganas de comer un poco más, pero era para repartir entre cinco.
Revuelto de Hongos, muy bueno.
Piparrak, tan buenos que Rosa pidió otra ración que se cepilló prácticamente ella solita.
Dos Txuletones, de 1,060 y 1,080 Kg. respectivamente, para repartir entre cuatro. Muy buen producto y muy buen punto de cocción, acompañados de chorizo a la sidra.
De postre:
Y para acompañar la comida:
¡A que no hay huevos!
Hasta aquí todo se podría resumir como una agradable velada disfrutando de una buena cena y rodeado de amigos, hasta que no recuerdo de qué manera, entre dos de los comensales saltó la chispa….. ¡pues si tú te pides una tortilla de bakalao, yo me zampo un txuletón entero! y entonces algún insensato dijo la temible frase ¡A que no hay huevos! una frase que una vez pronunciada solo tiene una respuesta posible, ……… ¿qué no? Especialmente tras innumerables visitas a las kupelas de sidra.
A partir de ahí, lo más difícil fue convencer a las camareras de que la cosa iba en serio, así que una vez convencidas nos trajeron:
Una Txuletita de tan solo 1,240 Kg. para mi amigo Samuel, que a pesar de sus ímprobos esfuerzos y consciente de que estaba quedando en ridículo ante sus amigos, no logró terminar, dejando más de la mitad en el plato.
En resumen:
Una cena que recordaremos muchos años.
La Cuenta, con Sidra a Gogó y la apuesta subió 228,33 euros, lo que no hace que los 45 euros que salen de media sean muy reales.