Embotellado en 2006.
Ambarino claro, destellos yodados.
Es intenso en nariz pero siempre sutil y con una fantástica integración alcohólica. Notas especiadas, miel de brezo, almendras, regalices y caramelo. Profundos recuerdos herbáceos.
En boca es redondo, sabroso, largo y relajante, deja un agradable recuerdo final de especias y frutos secos, resultando siempre envolvente. Buena persistencia.
La serie de maltas de añada y 15 años de vejez de Glenrothes es siempre de enorme calidad, pura esencia de lo que debe ser un Speyside, el justo equilibrio. Nos recuerda a aquel genial 87. Gran malta.

Sin ser aficionado a los Whiskys este malta abierto, refinado y hasta divertido resulta ideal no solo para el bombón de Origen Costa de Marfil que nos dieron en la cata de Celler de Gelida sino para cualquier cacao negro. Los sabores del cacao resaltan los aromas de vainilla y coco de The Glenrothes Vintage 1991. A mi me gustó la mezcla pero dicen que "el maridaje consigue tintes exquisitos por la textura tierna del bombón, que potencia los toques ácidos de los frutos del bosque y la nota de vainilla de este malta en el paladar, acompañando su final largo y suave". Color dorado brillante. Aromas a vainilla y bollería. En boca y con un poquito de agua es suave, agradable y largo.