Pues mira, aún recuerdo cuando estuve en Ávila y fuimos a un restaurante en el

Pues mira, aún recuerdo cuando estuve en Ávila y fuimos a un restaurante en el que el sumiller llevaba su "concha" que me resultó peculiar, pero que era su forma de decirnos que era un sumiller profesional. Abrió la botella, olió el corcho, nos lo dejó en la mesa, se puso un poco de vino en una copa, lo olió, lo agitó y luego lo cató. Y entonces nos llevaron la botella de vino a la mesa.

Me impactó y me gustó, aunque fuera un poco "ostentoso", pero se notaba que era un profesional, que iba a ir a las claras. Y que seguramente si le decías que notabas algo raro, lo recataría y si, a pesar de no tener errores, no convence el vino por motivos de peso, pues nos nos lo hubiera cambiado.