La majestuosa bodega realizada por el arquitecto Santiago Calatrava, Ysios, se erige como un tesoro vinícola en el idílico entorno del término municipal de Laguardia, con la imponente Sierra Cantabria como telón de fondo, sus curvas danzan contra las montañas. El nombre mismo, Ysios, rinde homenaje a los dioses Isis y Osiris, exaltando la tierra y la agricultura.
La fachada de la bodega impresiona con casi 200 metros de longitud, mientras que sus instalaciones abarcan 8,000 metros cuadrados. A pesar de la capacidad para producir grandes volúmenes, Ysios limita su producción a 70.000 botellas al año.
El viaje de Ysios comenzó en 2001 bajo la tutela de Bodegas y Bebidas, propietarios de la reconocida marca riojana Campo Viejo, perteneciente a Allied Domecq en ese entonces. En 2005, la bodega fue adquirida por Pernod Ricard, marcando una apuesta por vinos singulares que han cautivado a los entendidos. Además, el grupo ostenta otras grandes marcas en Rioja, como Campo Viejo, Azpilicueta y Alcorta.
Ysios se suma a la corriente de prescindir de etiquetas como "crianzas" o "reservas", dando protagonismo a los viñedos, sus variedades, el terruño y la climatología.
Los procesos de elaboración en la bodega siguen métodos estudiados de oeste a este, aprovechando el relieve del terreno y trabajando por gravedad.
Los vinos de Ysios se apartan de los tradicionales tempranillos riojanos al incorporar otras variedades y técnicas de elaboración, según nos revela su enóloga, Clara Canals.
Un dato curioso es que menos del 10% de su producción se exporta, a pesar de ser parte de la internacional Pernod Ricard.
Acompañados por Teresa Gómez, exploramos el singular viñedo "El Nogal". Con algunas cepas de viura ya vendimiadas, el resto, principalmente tempranillo, aún esperaba su recolección. A pesar de la inclemencia del clima y una lluvia persistente, nos dirigimos a la bodega, que se presenta hermosa entre la lluvia y la majestuosa Sierra Cantabria.
Iniciamos nuestra experiencia en "El Nogal", catando "in situ". Luego, en la bodega, degustamos Las Naves 2018, donde la uva de la parcela se vinifica a la vez, produciendo un vino excepcional después de 16 meses de envejecimiento.
También exploramos los blancos y rosados de Ysios: Ysios Rosado, Ysios Blanco 2021 e Ysios Ánfora 2022, cada uno dejando una impresión única.
Lo que distingue a Ysios es su enfoque en viñedos singulares y parajes. Con tres viñedos singulares y dos vinos parcelarios, la bodega se destaca por su compromiso con la calidad.
La etapa culminante fue la participación en el proyecto Grano a Grano, una iniciativa que involucra a trabajadores y familiares en la elaboración, desde desgranar los racimos hasta pisarlos en la barrica.
La uva para este proceso proviene de una parcela de 0.8 hectáreas en Laguardia, exclusivamente tempranillo plantado en 1962, con un rendimiento limitado a 2,300 kilos por hectárea.
Vestidos con batas y guantes, participamos en el desgrane durante casi dos horas, trabajando con racimos apretados de tempranillo.
Después de pisarlos en barrica y pasar por bazuqueos suaves, la crianza en roble francés durante 12 meses dará como resultado un vino único.
Ysios es una oda al viñedo viejo y al respeto por la naturaleza, transmitiendo estos valores de manera constante.
Con esto concluye nuestra visita a Ysios, que naturalmente incluye una exploración de Laguardia, con sus encantadoras calles medievales, sus pinchos y sus vinos. Una zona que, sin duda, cautiva en cada visita.