Mientras que llega el momento de brindar...

Durante los meses que estuvimos confinados, las semanas más duras, por mi salud mental decidí no conocer ninguna información relativa a la situación sanitaria del país, no podía soportar las terribles noticias que llegaban. La falta de unidad, el egoísmo de las instituciones y de la clase política en general, me saturaban y me resultaba insoportable ver que éramos incapaces de trabajar juntos.

Comencé de nuevo a devorar la información cuando la curva descendía y se atisbaba un resquicio de luz al final de ese largo túnel, podríamos volver a pisar la calle sin que fuera sólo a comprar. Pero la primera salida fue un choque emocional brutal, la vida ya no era la misma, las caras se desdibujaban y solo veías paños blancos o azules que se desplazaban como zombies, todos caminando como autómatas por un sendero indiferente, ya que nos daba igual girar a la derecha o a la izda, no había otra realidad y la que nos mostraban sólo llegaba a un par de manzanas.

Con el paso de los días aumentaron las cosas que podíamos hacer y entonces también aumentaban las ganas, nunca perdidas,  de poder volver a mi mesa de trabajo poblada de recuerdos maravillosos de pequeño tamaño en nuestra luminosa oficina, y lo mejor, volver a estar con todos ellos: mis amigos, la categoría de compañeros me parece insuficiente. Cuantas veces me decían, Esther en cuanto nos dejen ir a la oficina ¿por favor, vamos?

El 8 de junio volvimos a vernos de nuevo y era como mirar el mar por primera vez.

Reniego de algo tan absurdo como el término "nueva normalidad", mis neuronas lo rechazan, es completamente deprimente que se ofrezca este doble palabro para referirse a una situación excepcional que no tiene nada que ver con la vida que conocemos y a la que volveremos, tal vez más tarde de lo nos habría gustado, pero es así. ¿Y mientras tanto? Pues hay que ponerse en modo "esto no va a ser fácil" pero pasará y lo más importante, estamos aqui.

A nivel profesional, en Verema,  llevamos trabajando sin descanso desde que nos confinaron, hemos mejorado una tienda que teníamos pendiente y gracias a ella tenemos un escaparate donde mostrar lo que nos gusta consumir. Hemos rediseñado los buscadores de productos y los hemos actualizado, la home que nos pedía a gritos que le hiciéramos caso ha recibido esa ansiada atención y muy pronto se verá en abierto la nueva imagen que vamos a presentar. Hemos hecho directos, cursos, webinars, catas virtuales y nos hemos preparado para volver por todo lo alto, con nuestras Experiencias, volver a compartir de forma presencial la pasión que nos mueve a todos.

Empezaba diciendo que me dolía ver que no había unidad y que no nos podíamos convertir en seres insolidarios ni egoístas. Primero está la salud por encima de todo, pero no podemos olvidarnos que la economía de un país, el sustento de varias generaciones está en juego, las relaciones, el trabajo, la cultura, la forma de expresarnos, los sentimientos, todo lo que conocemos como nuestra forma de vida es necesario que vuelva, y que lo haga cuanto antes.

Habrá aspectos que no dependerán de nosotros, pero en los que sí podemos remar, es imprescindible el apoyo de todos. 

Señores periodistas, de todos los colores y religiones, necesitamos que nos cuenten la realidad sin alarmismo, porque el miedo paraliza y lo que menos necesitamos en este momento es que nos aten a una silla. La realidad de hoy no tiene nada que ver con la realidad de hace cuatro meses. Díganselo también por favor, a los lectores europeos, americanos, australianos, que se pueden dar la vuelta y mirarnos, no somos unos apestados. Seguimos siendo sol, el sol es vida,  seguimos siendo alegría y mentes abiertas e inteligentes, a pesar del dolor que todos en cualquier punto del planeta hemos sentido por los que ya no están. España necesita que vuelvan a creer en nosotros.

Amigos del canal HORECA yo seguiré visitando tantos restaurantes, bares, cafeterías y hoteles como mi trabajo y mi economía me lo permitan, pero intentaré además que otras personas hagan lo mismo, recomendando esa cena donde la materia prima y los vinos han sido excepcionales, el hotel cuyas vistas y amabilidad del personal este verano me ha invitado a repetir cuanto antes. Mostrando en el escaparate de Verema tantos vinos como podamos subir para ayudar a los distribuidores y bodegas a vender, aunque no lo compren a través de Verema, no importa, les ayudamos porque sí, porque queremos, porque es necesario hacerlo ahora más que nunca.

Y del mismo modo, os pedimos a todos que nos ayudéis también a nosotros.

Bodegas y distribuidores de España, Verema quiere seguir trabajando, como hicimos en julio con la Experiencia Verema Málaga, que fué un éxito rotundo y por la que queremos dar las gracias a muchas personas, grandes amigos y profesionales que se volcaron en ese momento porque este evento se llevará a cabo, y entre todos lo hicimos posible. Queremos seguir llevando la cultura del vino por nuestro país, a vuestras tierras, a través de nuestra comunidad y de nuestros Eventos y necesitamos de todos vosotros. Los distribuidores queréis seguir vendiendo vino, el restaurante quiere seguir ofreciendo un servicio, las bodegas seguir elaborando vino, el viticultor trabajando el campo y todos formamos parte de este sistema, cualquier componente es clave, no dejemos que se caiga ninguna pieza.

Permitidme que aproveche este momento para mostraos un enlace a un artículo que se ha publicado en Rankia.com, nuestra comunidad hermana, titulado El verano del coronavirus, escrito por Knownuthing. Se que este no es un foro dónde se hable de estos temas, pero creo que nos da una visión realista, muy bien planteada y con bases científicas que a mi por lo menos me ha ayudado a levantarme de una silla que no quiero que me paralice más.