La tortilla de patatas, ese plato insípido y de dudoso origen
En bocadillo cuando se va de excursión o a la playa, es un manjar de dioses, se encuentra casi en cualquier barra de bar en España pero también en buffets sofisticados. Es común tomar un pincho para almorzar pero también es un plato habitual en las cenas en casa. Hay dos bandos claramente diferenciados, tortilla de patatas con cebolla o sin cebolla.
La patata se trajo de América como curiosidad botánica y en un principio se consideraba un alimento bastante insípido. Pronto se extendió por Europa y se vieron sus beneficios en época de guerra o hambrunas, por ser sencillo de cultivar, abundante y al estar enterrada, su cultivo no era arrasado por los enemigos.
Cuando llegaron a Europa, las patatas se consumían solo por los animales y se consideraban veneno para los hombres por extraerse del interior de la tierra, se confundían además con la batata por su aspecto similar. De ahí su nombre actual, patata, que deriva de la fusión de ambas palabras.
Para paliar el hambre, se comenzó a hacer pan de patata, una mezcla con harina barata y que se mantenía bien varios días. Se dice que en Extremadura un grupo de mujeres propuso mejorarla con huevo, para hacer un "fruto de sarten", el pueblo de Villanueva de La Serena debido a esto se considera el lugar de origen de la tortilla de patata.
En el S XIX ya aparece mencionada como tal en Navarra, se escribía sobre ella como un plato sencillo y económico que permitía a familias muy humildes comer con pocos ingredientes básicos y asequibles.
Otras fuentes dicen que el origen de la tortilla de patatas es aragonés, un cocinero la incluyó en un recetario en el S XIX, la patata era cocida y no llevaba cebolla.
Otras fuentes hablan de una aldeana navarra que se la preparó al General Zumalacárregui durante las guerras Carlistas, aprovechando los pocos ingredientes que tenía en casa.
No obstante, la patata se siguió considerando un plato humilde y hasta el S XIX no comienza a aparecer en los libros de cocina, eso sí, la receta siempre sin cebolla.
Así que primero la patata y después la tortilla de patata fue fruto como muchos otros platos de la necesidad y la agudeza de ingenio y no es hasta el siglo pasado que comienza a servirse en casas nobles y que se le añade cebolla, chorizo, pimiento o cualquier otro ingrediente.
La tortilla de patatas por tanto es un plato muy reciente, igual que las patatas fritas que según parece comenzaron a servirse en los años veinte en Madrid para acompañar la cerveza, fritas en forma de viruta y la tortilla francesa que se polularizó durante la invasión de los franceses, cuando hasta conseguir patatas era complicado.
De tortilla de patatas hay casi tantas recetas como hogares y todos sabemos cuál es la mejor sin lugar a ningún tipo de dudas, la de nuestra madre o la de nuestra abuela, según el caso.
Por cierto, yo la quiero con cebolla, ¿y vosotros?
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Con cebolla sin duda, soy de las tuyas.
La del bar Alhambra en Valencia, la mejor tortilla que he probado.
Se pueden hacer tantas variaciones como tu mente y estómago lo permita. Para mi gusto en la sencillez está la clave, y me encanta de patata y cebolla. He probado variaciones muy ricas, con calabacín, con alcachofas o con sobrasada.
Saludos!
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Con cebolla forever and ever...y por poner un "pero" al artículo...el pueblo extremeño que se atribuye el origen de la tortilla de patatas NO es La Serena, La Serena es solo la comarca, el pueblo es Villanueva de la Serena, pueblo de gente ilustre como Jose Manuel Calderón, los hermanos Calatrava y mi señor padre jajajaja.
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en respuesta a Lovecft Ver mensaje de Lovecft ¡Corregido!, gracias por la aportación.
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A mí me da igual si es con cebolla ó sin ella: se consiguen sabores distintos pero en ambos casos la disfruto.
Lo que valoro, sobre todo, es el sabor del huevo (soy un apasionado de los huevos en todas sus variantes) conjuntado con la patata con esa textura correcta (ni dura ni tampoco casi hecha puré).
Por eso, además, me gusta la tortilla, a poder ser, un poco jugosa, es decir, ni "apatatada" (más patata que huevo) ni muy seca (demasiado cuajada). Sé que hay gente que quiere el huevo muy cuajado (a unos les desagrada el huevo no completamente cuajado, otros dicen que "hace daño")... y bueno, en esos casos, si comparto mesa y mantel, pues me adapto a comer tortilla-suela-zapato, pero si me la hago yo ó si me dan a elegir: tortilla más bien gordita, con buenos huevos camperos, más huevo que patata (y algo de cebolla opcional) pero, sobre todo, jugosita por dentro ;)
PD: Algo importante que no se ha dicho: un buen aceite de girasol para freír las patatas y ya un buen aceite de oliva para terminar la tortilla (al mezclar con el huevo). Ah! y también importante, el punto de sal y cuidar que quede algo doradita por fuera pero que no se nos queme (los quemados en la tortilla no me gustan y deslucen un poco el resultado final).
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Las dos teorías que siempre he escuchado acerca del origen de la tortilla de patata están relacionadas con el general Zumalacárregui.
La más conocida, cuenta que durante el "Sitio de Bilbao" de 1835, durante la Primera Guerra Carlista y debido a la tremenda carestía de su ejército, en las largas noches de campaña empezaron a unir estos dos baratos ingredientes, obteniendo como resultado un producto similar al actual.
La segunda narra que fue una benefactora vecina de navarra, quien al ver a las tropas famélicas, mezcló huevos con patatas y cebolla y cocinó el primer revuelto.
Voy a quedarme con cualquiera de estas dos historias, me parecen más románticas que la de Extremadura.
Un saludo,
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