Pues me ha sorpredio ¡oiga!, para bien.

La veredad es que nos se puede prejuzgar y antes de probarlo ya me temía un vino cargado de aromas a frutas tropicales empalagoso, con corta acidez y pesado. De esos que a la segunda copa te duele la cabeza.
Pues la verdad es que me ha sorprendio más que gratamente ya que lo he encontrado con una vista muy bonita, limpio y brillante, con cierta densidad en agitación, lágrima fina y viva, y un color amarillo-verdoso precioso.
En nariz para nada un SB al uso, notas de frutas tropicales, pero a la vez conjuntadas con cítricos y notas florales y fruta blanca. Se intuía ya fresco en boca y sólo con la nariz la boca empezaba a salivar.
Y pasó, lo que pasó. Buena entrada, excelente acidez que lo hacía fresco y a la vez goloso con este ligero toque amargo al final, pero para nada pesado, tal vez adictivo, EMHO.
Si lo hubiera catado a ciegas para nada me hubiera ido a Alicante, más bien me hubiera quedado en Rueda.

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