Hace mil años que no bebía este vino y de hecho el recuerdo que tenía de él estaba completamente distorsionado: habría jurado que se trataba de un tinto muy cubierto, muy extraído, bastante alcohólico y compuesto en su mayoría por cabernet. Lo cogí de la bodega antes de ayer por la noche pensando que me encontraría con algo así, pues teníamos invitados en casa a los que les gusta ese tipo de elaboración, y mi sorpresa fue enorme cuando lo abrí. Sólo tiene 12º, la capa es bajísima y está hecho 100% con callet (una variedad local balear), así que no di una. Es vertical, delgado, perfilado, ácido, no sé si lleva madera, pero no lo parece y tiene bastante mala leche. Detrás de la frutita roja nos encontramos con toques especiados, minerales e incluso animales que le dan carácter. Me ha gustado mucho y además me ha dejado descolocado.