He leido los diferentes comentarios sobre este restaurante, como vulgarmente se dice "de todo hay en la viña del Señor", voy a intentar ser imparcial.

Se come muy bien, la bodega es magnífica, el trato es exquisito y la cava de cigarros es fenomenal.

Es un restaurante familiar, hecho por la familia y con un Director de orquesta, tremendamente profesional, exquisito en el trato y con detalles particulares que pocos restauradores tienen en cuenta, es más, creo que ni se lo han planteado.

Son muchos años de ser atendido por el equipo de La Canasta, ni un sólo error, ni puedo contaros una queja, ya sé que es dificil, pero esa es mi experiencia.

No lo parece, pero he sido muy objetivo.

Resultó ser el plan B, pues donde estaba cerrado el restaurante que hubiese sido la primera opción y como iba como invitado...
Ya lo conocia de tiempo ha, nada ha cambiado.
Es imposible mantener la carta que tienen, mas de 60 platos con producto fresco y lo poco que trabajan. Hay dos comedores para no fumadores en los que no habia ni una mesa ocupada, mientras que el de fumadores estabamos apretujados.
Servicio suficiente en numero pero poco atento (no rellenaron la copa ni una sola vez)

Comimos un pica pica a elección del dueño compuesto por jamón (bien), ostras (mediocres)
huevo fritos con llanqueta (Bien).
De plato fuerte yo me comí un solomillo brasa (no tenia ningún sabor y nervioso) y mi compañero unas cigalas (2) y gambas(5). Las cigalas no tenian mala pinta.
Carro de postres de la época victoriana.

Para beber tomamos un Ribera que va etiquetado con el nombre de la casa, Con 12 meses de barrica. Regular.

Como fui invitado, no se exactamente lo que costo, pero seguro que no bajó de los 150 euracos. Desproporcionada totalmente.

Pues a mi no me parece tan desastre.
Ambiente acogedor, comida correcta y buena carta de vinos aunque algo clásica.
Voy a menudo, aunque ahora hace tiempo que no lo piso, para reuniones familiares o alguna salida con mi pareja.
Solemos pedir un pica y pescado, con el pica las pochas con almejas son supremas y el pescado el que pidas es fresco y del día.
El servicio muy correcto.

Hola. Conozco este restaurant desde hace bastante tiempo, pero como el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.... volví a caer. El dueño es prepotente a más no poder. No acepta ninguna crítica. Las angulas de las ensaladas son ¡gulas!, el arroz pasado, el rodabado.... mejor no hablar del rodaballo. y para acabar, pedí un gin&tonic y cual fue mi sorpresa que olía a pescado. El hielo de la bebida había estado en la cámara con el pescado!!!!!!! En fin, totalmente prescindible.Un saludo amigos.

Nos habíamos casado a principios de agosto y cuando cogimos aire de la vuelta del viaje decidimos darnos un "capricho" e irnos a tomar una paella a la playa y acabar con el mismo buen sabor de boca con el habíamos tenido en la luna de miel.
La llegada al restaurante en principio muy normal, el entorno no estaba mal, era como si entraras en un barco, nos atendió el dueño y parecía muy correcto, escogimos un vino normal, y la comida, lo malo estaba por llegar.... de primero pedí unas yemas de espárragos que podían ser perfectamente de lata y mi marido una ensalada que hasta un niño pequeño la podría mejorar, pero lo que fue patético fue la paella, era malísima, el arroz pasado, el marisco todavía lo estamos buscando con lupa y lo peor..... nos dejamos 111 euros por "comer" eso. Gracias a las guías de restaurantes que recomiendan este restaurante como el número 1 de Castelldefels...

Lamentable.....
Fui hará cosa un año.
Ambiente vetusto y poco cuidado.
Servicio, lo único correcto.
Comida un timo.... gambas al ajillo con sabor a lejía!!! ....etc,etc.
Tras hacer la crítica al camarero de nuestra mesa, vino el dueño a probar él mismo la comida y nos lo cambio por un rape de sabor ínsipido ...... luego flipamos al ver la cuenta, pues pretendía cobrarnos tanto las gambas como el rape. Una pena.
No comment.

Servicio pobre, poco preparado. Comida no a la altura de sus precios, comimos un arroz caldoso de marisco el cuál no sabía ni a pescado ni a marisco. Respecto a los vinos, muchos riojas y poca variedad respecto a otras denominaciones. No creo que vuelva.

Restaurante con bastante solera y cierta fama en la zona, copas Riedel, aunque con un detalle que no me gusto, en las copas esta grabado el nombre del restaurante, el servicio del vino no es muy esmerado que se diga, respecto a la carta, solo se da importancia a Rioja estando el resto de las mayoría de D. O ubicadas en un apartado genérico de “resto de D. O”
Excelente el jabugo y las anchoas de entrante, bien adobados los boquerones que posteriormente fríen a la andaluza y buenos los calamares de playa.
De segundo dos arroces uno seco y otro caldoso de bogavante, me quedo con el primero aunque al ser algo mas fuerte que el caldoso se encuentra a faltar en este ultimo algo de sabor. Los postres justillos, además como éramos 10 comensales el camarero nos advirtió que solo cantaría el carro de postres una sola vez, se puede decir con gracia pero lo cierto es que ninguno lo interpretamos así.
No puedo hablar del precio, era comida de empresa y fui de invitado, aunque por los precios que