De nuevo aquí

En recorrido turístico por la provincia de Burgos (¡cuánto pueblecito bonito hay!) una parada fue en este parador en el que habíamos estado hace muchos años en una de las habitaciones altas abuhardilladas sin ninguna pega más allá del tema de escaleras del último piso.

Tiene el sello de paradores en el servicio y en el ambiente de hotel histórico y que merece una visita interior, especialmente agradable el patio central con servicio de cafetería para tomar un refresco gratis si eres amigo de paradores.

El desayuno como suele ser habitual en esta red hotelera es amplio, variado y en este caso de buena calidad, en la media de paradores. Como restaurante lo desconozco pero por lo que leí en la carta con algo de cocina local.

Las habitaciones son amplias bien vestidas con buena mesa de trabajo, armario y aire acondicionado; se nota a faltar portamaletas pero un sofá de 2 plazas hizo las veces; esta habitación tiene balcón con 2 sillas y vistas al campo. El baño con el mismo suelo que el resto, de barro cocido dando aspecto de antiguo que no viejo, con buen equipamiento aunque algo de puesta al día le vendría bien.

Las puntuaciones buscando el promedio final.

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