Restaurante Peix i Brases en Denia
Restaurante Peix i Brases
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
30,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
71 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.4
Comida COMIDA
7.9
Precio medio entorno ENTORNO
8.0
RCP CALIDAD-PRECIO
5.4
gamba
atun
sepinoets
arroz
mosquito
lubina
Gamba Roja de Dénia
Arroz meloso de embutidos, habas y trufa
Mero a la brasa
Gamba amb Bleda
Erizo de mar en ajillo cremoso y colmenillas
Opiniones de Peix i Brases
OPINIONES
18

Nada que añadir a la excelente y completa descripción de ANTONI_ALICANTE pues no ha cambiado para nada el local ni su calidad de servicio y producto.

Dos para cenar con el menú Esencia (75€) previsto. Nos ubican en una mesa junto a la ventana del primer piso con vistas al puerto en un local que se va llenando poco a poco hasta completar aforo del comedor si bien las mesas están muy separadas y con buena comodidad en los asientos. Buenas copas vajilla cristalería y decoración de la mesa. Buen ritmo de salida de platos y buenas recomendaciones y conocimiento tanto de los vinos como de la preparación de platos por todo el personal de la sala.

Para beber optamos por un Quintaluna 2021  más un agua grande sin gas. La carta de vinos es amplísima con precios elevados y gran variedad de opciones y de rango de precios. El servicio del vino impecable en todo momento, sin apretar en el llenado de copas y manteniéndose siempre a buena temperatura.

Sobre la mesa unos grissinis y una tortita de cacao del collaret a la que enseguida se incorpora una cata de aceite multivarietal (arbequina, blanqueta, picual, alfafarenca y genovesa con unos panes de almendras y pasas para su degustación resultando bastante equilibrado y todo por cortesía de la casa.

Lo cenado:

. el aperitivo: empanadilla de gamba blanca amb bleda con un interior muy meloso por lo que conviene comerla de un bocado aunque llega muy caliente; croqueta de calabaza con mussola (un pequeño tiburón del mediterráneo) en una compleja mezcla con la calabaza asada y caramelo de hueva de mujol que viene ahumada con maíz tostado. Todos ellos de muy buen nivel y elaboración con sabores muy distintos.

. albeldo helado de cidra con quisquilla y su vichysoisse cítrica: curioso el sabor del helado con una reducción de cítricos (naranja y bergamota) junto a la quisquilla casi cruda, con su propia hueva y su cabeza rellena de una crema de mariscos al ajillo, más la sopa que viene matizada por limones encurtidos; mucha complejidad, texturas, sabores potente y que invitan a segregar saliva y abrir boca. Sobresaliente.

. la almadraba: coca de dacsa con pisto de tonyna de sorra, erizo de mar con Bloody Mary de oloroso con tartar de atún y almendra marcona con hueva de atún: la coca tiene una base de harina de maíz con un pisto de mejillones más la ventresca de atún y marinada con ralladura de lima y pimienta; al centro del plato una yema curada y unas verduritas asadas (cebollas y pimientos rojos); sobre el plato se ralla en vez de la consabida trufa, el corazón del atún previamente curado a modo de salazón. Acompaña una parte líquida, el Bloody Mary hecho con vino oloroso con tartar de atún y huevas de trucha; hay también unas almendras que llevan la hueva del propio atún más una mojama de atún. Un superpase con muchas matices y variedad de texturas del propio atún y sus complementos. Platazo (o más bien en plural).

. tartar templado de escorpa y gamba blanca con guisantes del terreno: un tartar templado de sabroso pescado y gamba blanca con su trufa dentro más unos espectaculares guisantes en la parte alta con una emulsión del pescado y un mosquito de mar completa frito y crujiente, un crustáceo poco frecuente y que es una golosina. Excelente.

. sepionets en pepitoria con habas tiernas: los sepionets a la brasa acompañados de habas tiernas ajos crocantes y una salsa pepitoria hecha con almendras yema de huevo y corteza de pan. Un plato que denota control de caldos y guisos. Muy bien.

. arroz meloso de bacalao, perretxicos y ficoide glacial: arroz meloso de bacalao y setas que se acompaña de una muy curiosa y estética planta local que parece estar siempre con una húmeda escarcha matinal pero que aporta sabor y sobre todo una textura casi crujiente; al mismo tiempo se hace una emulsión de dicha planta con caldo de marisco. De nuevo un plato complicado con bastante equilibrio y sabor.

. pescado a las brasas tocadas de sarmiento: el pescado de hoy es lubina salvaje hecha a la brasa y que sobre la piel tostada (perfecta de sabor y textura) hay un picadeta de almendra pulpo seco y brandy teniendo al lado boniato asado, puré de tomate con almendra y finaliza con una mantequilla hecha por reducción del pescado con algo de ajo y pimienta. Complejidad de elaboración, muchos ingredientes que suman y no se apoderan sobre un lomo de lubina de alta calidad. Sobresaliente.

. fresitas de Canals en texturas con cítricos y migas de chocolate blanco: postre poco dulce que se agradece como final; se trata de una primera parte, líquida, que consiste fermentado de fresas que lleva un toque avainillado para desempalagar de la parte sólida salada; la segunda parte es una mousse de fresa con crema de fruta de la pasión también mandalas de chocolate blanco más las fresitas y diferentes toques de cítricos como esferificaciones de lima más un helado de chocolate blanco y petazetas. Si antes había complejidad este postre se lleva la palma. Platazo de nuevo y en postre que me parece aún más difícil. Lo acompañé de una copa de un vi de gel Gramona riesling, descorchado en el momento.

En una mesa cercana con maridaje sacaron una garrafa de un curioso vino que pregunté y era un verdejo elaborado en criaderas como si fuera en Jerez, llamado Adorado de la vallisoletana bodega de Menadé. A la próxima.

Rematamos con unas infusiones preparadas de lujo incluso el azúcar moreno viene en una especie de chupa chups para disolverse con el calor. Por si fuera poco acompañan unos petits fours de buen nivel y consistentes en trufa de chocolate, macarrons, monchi de fruta de la pasión y un raffaelo de coco y chocolate blanco que ganó en los votos. Genial pero el tronquito de chocolate me hubiera comido una caja entera.

Un buen disfrute y creo que se acerca a competir por la segunda estrella Michelín, porque la primera ya la tiene (junto a 2 soles Repsol) y sigue creciendo.

  • gamba

    gamba

  • atun

    atun

  • sepinoets

    sepinoets

  • arroz

    arroz

  • mosquito

    mosquito

  • lubina

    lubina

Frente al puerto de Dénia se encuentra este local precioso con vistas, decoración elegante y minimalista, con mucha luz en el interior y con el olor de la brisa del mar. Optamos por el menú Esencia.

* Crudo de ventresca de atún rojo en jugo de tomate embotado, bombón de tomate seco y toyina de sorra. Plato refrescante para empezar el menú con potencia marina.

* Guisantes de lágrima con ortiguilla de mar. Contraste de sabores y texturas con el crujiente superficial de ambos productos.

* "Gamba amb bleda". Versión de autor de un clásico plato de La Marina Alta.

* Erizo de mar en ajillo cremoso y colmenillas. Un plato donde se conjuga el sabor intenso del mar con el del monte a través de las colmenillas. Uno de los mejores del pase.

* Arroz meloso de embutidos, habas y trufa. No podía faltar un arroz en tierras alicantinas, en este caso con la potencia terrestre de los embutidos.

* Gamba de Dénia hervida en agua de mar. Todo el sabor del mar en un producto extraordinario que solo necesita la cocción superficial en agua del Mediterráneo.

* Mero a la brasa tocado de sarmiento. Perfecto punto de cocción del mero, jugoso, con la piel tostada a la brasa.

* Turrón, caqui y fresitas de Canals. Intenso sabor de las fresas pese a su tamaño.

* Cerveza y Vino L' Àmfora de Les Freses (Jesús Pobre) - Dénia.

Un referente en la cocina dianense, junto a los clásicos templos de la gamba roja de Dénia,

  • Gamba Roja de Dénia

    Gamba Roja de Dénia

  • Arroz meloso de embutidos, habas y trufa

    Arroz meloso de embutidos, habas y trufa

  • Mero a la brasa

    Mero a la brasa

  • Gamba amb Bleda

    Gamba amb Bleda

  • Erizo de mar en ajillo cremoso y colmenillas

    Erizo de mar en ajillo cremoso y colmenillas

Para conocer en profundidad el asombroso proceso de transformación que ha experimentado la restauración en la ciudad de Dénia desde los años ochenta y cuyo hito más significativo es la proclamación como ciudad creativa de la gastronomía por parte de la UNESCO es necesario acercarse a algunos de los empresarios que han contribuido de manera decisiva a ello. Tomás Arribas es uno de ellos y, sin duda alguna, de los más importantes.

Tomás, originario de Palazuelos de la Sierra (Burgos), mostró un temprano interés por el mundo de la hostelería. Llegó a Dénia y fue capaz de arrancar en poco tiempo con diferentes proyectos entre los cuales cabe destacar el genuino restaurante “El Comercio”, en plena calle Marqués de Campo, y el mítico restaurante “El Poblet” (ahora Quique Dacosta) con el que consiguió la primera estrella Michelín para la ciudad junto al afamado cocinero, socio suyo por aquel entonces. Locales de ocio, restaurantes de diferente índole, salones de celebraciones y hasta algún pequeño hotel han estado algunas de sus iniciativas. Todas ellas configuran una trayectoria empresarial y vital ciertamente atractiva para cualquier estudioso del tema.

Peix i brases es hoy por hoy el proyecto más personal del empresario. Junto al restaurante Q Tomas, situado en pleno centro de Valencia, se convierten en una especie de “marca de la casa” en los que se ve reflejada claramente la filosofía más personal de Arribas: su firme apuesta por el producto y una vocación irrenunciable por servir de la mejor manera al comensal que llega a la mesa.

Encontramos el restaurante enfrente de un pequeño puerto recreativo que cuenta con gran solera entre los habitantes de Dénia. No se trata de unas instalaciones deportivas lujosas, llenas de glamour y de uso casi exclusivo para las grandes fortunas. No. Aquí es donde los ciudadanos de la localidad, la gente “de toda la vida”, amarra sus pequeñas embarcaciones de recreo y pesca menor. El edificio tiene una superficie considerable. La parte baja la ocupa el restaurante “Mediterrasian”, una propuesta del mismo empresario bastante más informal y que ofrece una serie de platos combinando las dos tradiciones culinarias que conforman la marca comercial: la mediterránea y la asiática.

En la primera planta, a la que accedemos con un lujoso y amplio ascensor, encontramos el salón principal de Peix i brases. La luz, que entra por los inmensos ventanales, inunda hasta el último rincón de la elegante sala en la que se distribuyen las mesas, elegantemente vestidas y separadas las unas de las otras por una correcta distancia. Las sillas, tipo butaca, son cómodas e invitan a alargar la velada. Encontramos tres o cuatro mesas que ya han iniciado su recorrido gastronómico, pero el ambiente en la sala es extremadamente tranquilo y sereno, demasiado silencioso, incluso.

Sobre esta primera planta se sitúa una gran terraza que no se encuentra habilitada en invierno, época en la que visitamos el restaurante, pero se presume que resultará ciertamente encantadora en comidas primaverales o cenas estivales.

Al frente de la cocina del restaurante encontramos a José Manuel López Iglesias quien ha sabido captar toda la filosofía del propietario, Tomás Arribas, y dotarla de un formato y presentación mucho más contemporáneos para la satisfacción de todo tipo de comensales. La esencia de su cocina está en el uso del producto más exclusivo (gambas, ostras, angulas, erizo, trufa…) y su objetivo es alcanzar la perfección a la hora de tratarlo y saber dotarlo de un empaque atrayente e, incluso en algunos platos, sorprendente para el comensal. Tomamos el menú más largo de cuantos nos ofrecieron y estuvo configurado por:

- Gambita con algas: Gambas de tamaño pequeño levemente hervidas que se pueden degustar casi sin pelar envueltas con el alga nori. Sabor de ésta intenso en demasía. Tal vez convendría usar menos cantidad.

- Empanadilla frita de “gamba amb bleda”: la masa se cocina frita y el relleno es una especie de pasta elaborada con uno de los guisos más representativos de la cocina tradicional de la comarca: las gambitas de rio o camarones con acelgas. Sabrosa.

- Almendra y bonito: Un snack muy resultón. La base la configuran un par de almendras como garrapiñadas entre sí que sustentan unos daditos de bonito curado.

- Helado de albedo con hueva de mújol: El albedo es la parte blanca de la corteza del limón. Con él se elabora un rico helado de acidez mesurada que se complementa muy bien con la salazón de la hueva, producto éste muy típico en tierras alicantinas.-

- Ostra valenciana aliñada con vinagre de fondillón; bocado de sus barbas con caviar persicus: muy original y recomendable ese acto de desprender la carnaza de la ostra de todas sus “barbas” y presentar éstas en una cuchara acompañadas del caviar. El cuerpo de la ostra se sirve sobre su caparazón y levemente aliñado con el vinagre del vino alicantino con más solera y fama internacional. Muy bien.

- Cremoso de gamba roja de Dénia, colas, patas, cabeza y sorbo de arrope: Se usan dados de la cola de un crustáceo que se presume de gran calibre. Con los jugos de las cáscaras se elabora la crema de marisco y las patitas se presentan fritas y muy crujientes. En un plato aparte se sirven las cabezas cocinadas a la sal. De los mejores pases del menú.

- Pulpo seco y aceite Rincón de la subbética: Otro homenaje a los platos tradicionales de Dénia. Muy rico, tierno y sin manifestar salinidad en exceso. Delicioso ese aceite que no conocíamos.

- Avalón de espardenyes a la brasa con jugo de verdura asada y alcachofas tiernas: Las espardeñas quedan un tanto duras, cierto es, pero el fondo del plato y las tiernas alcachofas redondean un plato jugoso y apetecible.

- “All i pebre” de gamba blanca y blanquet: Las gambitas se presentan crudas y acompañadas de un delicioso allipebre (guiso tradicional con los ajos y el pimentón rojo como protagonistas) y del majado de carne con el que se elabora uno de los embutidos valencianos más tradicional: el blanquet. Buena combinación mar y montaña. Nuevamente se presentan fritas las cabezas de las gambitas con un buen allioli.

- Angulas del Molinell crujientes sobre yema de huevo albardado y olleta de guisantes de costa: Plato fino y elegante que combina dos grandes productos: las anguilas del cercano rio Molinell y unos guisantes de gran calidad. La yema de hueva ejerce como ligazón de ambos y se culmina el emplatado ante el comensal con unas lascas de una fragante trufa negra. Puro hedonismo.

- Bisqué de erizos con guiso de habas a la hierba buena y menudillos de buey mertolengo: Otro grandioso pase. El fondo de las habas guisadas con el buey resulta sabroso y sedoso al paladar y no resta ni un ápice el particular sabor de las yemas de erizo que se usan generosamente. Estamos en el punto más álgido del menú.

- Dentón a las brasas tocadas de sarmiento: Se ensalza nuevamente al producto con esta elaboración cuasi desnuda que presenta el lomo del pez con una pequeña guarnición a base de verduras entre las cuales destaca una legumbre muy valenciana: el fesol de la peladilla o garrofó. Punto exacto de cocción y elegancia sápida de este pescado.

- Pannacota avainallada con fresitas y galleta bretona: Bello conjunto, de dulzor contenido y efecto muy refrescante. Postre ligero que se degusta con placer.

- La calabaza íntegra: Varias elaboraciones partiendo siempre de la carne de la calabaza, producto éste que cuenta con mucho arraigo en el mundo de los postres y la repostería valenciana. Vamos encontrándonos una crema, un helado… Postre divertido por su vistosa presentación y el juego con diferentes texturas y temperaturas.

Acompañamos las viandas con las siguientes botellas: Guitian sobre lías 2017 (100% Godello – DO Valdeorras), Lapola 2016 (variedades albariño, doña blanca y Godello – DO Ribera Sacra), Veratón 2015 (100% garnacha – DO Campo de Borja) y otro vino tinto de la Ribera del Duero que no recuerdo. La selección de vinos, como se puede apreciar, es interesante y las múltiples referencias de todas las DO, e incluso de vinos internacionales, mantienen unos precios razonables.

Tras el paso por Peix i Brases nos asaltan diferentes pensamientos que dejaré plasmados en este post a modo de conclusiones. Evidentemente este restaurante ofrece una selección de producto que va más allá de la gamba roja o de las carnes de calidad. Es difícil encontrar en Dénia, por no decir imposible, menús que ofrezcan angulas, trufa negra o espardenyes. Es un buen destino, por tanto, si se busca singularidad y exclusividad. Al mismo tiempo, se ha sabido combinar esa cocina de alto copete con guisos y platos de lo más humildes y que cuentan con gran arraigo en la cocina popular dianense: la gamba amb bleda, el polp sec, l’allipebre… No es fácil hacerlo y ello merece una buena dosis de reconocimiento.

El local ofrece unas prestaciones y una comodidad fuera de lo común. Así mismo, la carta de vinos puede satisfacer sobradamente al cliente más entendido y que posiblemente no encuentra por la zona un local con tanto donde elegir y a un precio tan razonable como aquí. El servicio, entendido como hacer llegar a la mesa los platos que sales desde cocinas, funcionó a la perfección. Echamos en falta, eso sí, un poco más de calidez y proximidad. Las personas que amablemente nos sirvieron se notaban un tanto encorsetadas, como excesivamente temerosas del fallo que no siempre tiene porqué producirse. Eso, al menos en mi caso, transmite esa misma tensión al comensal y, al final, ni servicio ni cliente disfrutan de esta relación fugaz pero maravillosa que puede llegar a establecerse a lo largo de una velada. Es así como lo pienso y lo manifiesto, desde la humildad, y con el propósito de que esa conexión fluya mucho más en futuras visitas.

Post ilustrado con imágenes en: https://www.vinowine.es/restaurantes/peix-i-brases-producto-y-mas-producto.html

Habíamos quedado con Juanmi y Aida en este local por visitar algun sitio nuevo, teníamos buenas referencias y un sol en la guía Repsol, casi siempre son una garantía de éxito.
El lugar esta dividió en tres ambientes, en la parte de abajo, más informal, al estilo gastrobar ofrece una cocina más sencilla (sencilla no significa peor) y más económica. En la primera planta ofrece una carta más sofisticada y de precios de primera división, al igual que la estupenda terraza que se sitúa en la azotea del edificio.
Eramos 4 para una comida.

Entrantes:
─ Aperitivos (4 x 2€). 8/10. Con el pan nos sirvieron unos aperitivos buenos de sabor y muy bien presentados.
─ Calamar de playa (1 x 15€). 8/10. tierno sabroso, bien preparado y muy bien presentado. Ración un poco corta.
─ Pulpo seco (1 x 15€). 8/10. Me encanta el pulpo y quizás sea el mejor pulpo seco que he comido, pero después de esto llego a la conclusión de que esta preparación no me encanta, prefiero hervido o al horno.
─ Almejas con alcachofas (1 x 18€). 10/10. Excelente almeja en sabor y tamaño. La presentación no queda a la zaga con esos tirabeques y la salsa de un verde intenso pero con sabor a mar. Mis almejas son reputadas entre mis amigos y debo decir que no las suelo pedir ya que me suelen decepcionar, pero en este caso me parecieron un gran acierto.

Principales:
─ Rape brasa (1 x 26€). 9/10. Muy bueno!.
─ Bacalao brasa (1 x 26€). -/10.
─ Zarzuela de bogavante (2 x 30€). 8/10. Es un plato servido en dos vuelcos. En el primero te sirven el bogavante con una sopa elaborada con su caldo. Posteriormente te traen la cabeza que han pasado por las brasas/plancha y adquiere un excelente sabor. Un pero, como plato principal y por ese precio se queda corto, haría falta algún acompañamiento más consistente..

Postres:
─ Crema de turrón (1 x 8€). -/10. .
─ Torrija (1 x 8€). 7/10. Buena pero no mejor que otras que hemos probado últimamente.

Bebida
─ Ossian (1 x 35€). .
─ El Rocallis (1 x 35€). Siendo ambos dos excelentes vinos, este me gustó más que el segundo.

─ La nota de esta comida fue de 47€ por persona sin incluir las bebidas (vino, agua, cafés, cervezas, refrescos, copas…).

Puedes encontrar más información sobre este y otros muchos sitios en loscomensales.es

No es la primera vez que como en este restaurante y, por supuesto, no será la última.
Antes de entrar en lo culinario he de decir que el local (sobre todo la terraza) está muy bien, siendo el servicio muy atento y simpático.
También he de advertir que no es un sitio barato y tienes que saber pedir, para ello consulta la carta con detenimiento y elige correctamente. Dicho esto he de decir que la calidad es acorde al precio.
Hoy eramos un grupo a comer (16 personas) y con Tomas (el dueño) sólo había cerrado el precio, lo demás ha sido cosa suya sin consultarme nada. Y, sinceramente, ha superado mis expectativas.
De entrantes nos ha puesto un tomate con atún que estaba genial. Luego hemos seguido con unos chipironcitos magníficos, para acabar con una ventresca sencillamente insuperable. Las raciones más que correctas.
De plato principal un arroz (creo que se llamaba Alfredo) que ha superado con creces los entrantes.
De postre helado de fresa y volcán de chocolate. Muy bueno, aunque yo habría preferido el helado de vainilla o leche merengada.
Para beber un López de Haro (2008) que ha acompañado muy bien. También vino blanco pero no lo he probado.
Luego cafés.

Después de visitar este gran restaurante durante años, desde que empezó su andadura,solo tengo palabras de agradecimiento por su buen hacer,la comida fantástica,a pesar de ir durante tiempo ,siempre me sorprenden con platos diferentes,con un servicio maravilloso (camareros excepcionales , miman al cliente siempre con una sonrisa).¡gracias

Después de ir durante años a este magnifico restaurante (desde que empezó su andadura) solo puedo decir que ¡nos encanta!logran sorprendernos día a día con su variedad de platos y su buen hacer ¡que ricos!.El servicio de camareros excepcional ¡gracias (Juan Carlos,Nacho,Jose ..... perdonar por no acordarnos del resto de nombres pero todos nos han atendido de maravilla).La calidad por encima de todo, pienso que es su lema y desde luego que lo cumplen.El equipo de cocina ¡para quitarse el sombrero!y un saludo especial para el gran arrocero "Angelillo".Todo ello es posible gracias a la gran profesionalidad de su propietario TOMAS y su hijo Jose dedicados en cuerpo y alma a satisfacer a sus clientes.
¡muchas gracias ,conseguis que siempre estemos muy felices el este estupendo restaurante! fdº,2 segovianos muy agradecidos.

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Una experiencia muy grata el verano pasado en la terraza de la segunda planta ya que fue todo perfecto! De verdad que lo recomiendo a todo el mundo! Sin duda en Denia uno de los mejores restaurantes por no decir el mejor... La comida una delicia... El personal muy bien, me quedo con un chico que me recibió en la puerta, creo recordar que se llamaba Nacho... Muy profesional hasta el punto que nos enseñó todo el restaurante de la primera planta y Mediterrasian . Gracias por esta experiencia .

El día de año nuevo estuvimos comiendo en el Restaurante Peix & Brases, en el puerto de Denia, y sinceramente nos causó una excelente sensación. Tenían un menú especial de Año Nuevo pero preferimos comer a la Carta y disfrutamos con la elección. Nos sorprendieron las ostras que estaban riquísimas, y que son algo difíciles de tomar en Dénia; un foie delicioso y las angulas muy bien presentadas. El bullit de pescado de roca inconmensurable. El día soleado para disfrutar de una panorámica del mar y del puerto nos pide volver. La camarera que nos atendió fue muy amable, y a pesar de la gente que había los tiempos en el servicio estuvieron muy bien. Pues eso, que genial el Peix i Brases.

Reservamos mesa cinco amigos en el comedor de la primera planta de este restaurante (Peix&brases), ya sabiamos que los precios de la carta en esta 1ª planta eran más altos pero queríamos conocer este comedor. La experiencia resultó decepcionante... primero por la tardanza en venir a tomarnos nota (decían los camareros que vendría a tomar nota el Sr.Tomás y dicho Sr. tardó en aparecer... ya estábamos a punto de irnos... después siguió la tardanza en servir cada plato y por último unos precios exageradamente altos para la atención y la calidad dispensada. Enfín, lo que decía al principio, un sitio para no volver.

Es muy grato encontrar un restaurante dónde el punto de los pescados es tan bueno. Creo no haber comido una lubina salvaje igual que la degustada aquí. Gran gamba de Denia a un precio bastante razonable para la zona, y lo cierto es que junto con el Faralló es el mejor sitio para comerlas. Muy buenas de punto y con gran sabor. Buenos primeros platos, especialmente algunos fuera de carta, como el ravioli de rabo de toro, setas y trufa, los platos con trufa, huevo atemperado...Cierto es que hay diferencia importante entre el tratamiento y calidad de los pescados y de las carnes,mientras los primeros son sorprendentes, las carnes no dejan de ser más normales. Muy buenos también los guisos, como el bullit, guiso de garbanzos con marisco...aunque para mí es mejor el bullit o el rape all i pebre. Buenos postres, especialmente el surtido por parte de la casa para acompañar los cafés.

Sitio especialmente recomendable. La parte negativa es que el servicio se deteriora en épocas estivales, ya que suele estar lleno.

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