Uno de los básicos de la Casa, elaborado naturalmente (en el sentido enológico del término) y cerrado con lacre. Aun tratándose de un 2019 teníamos sensaciones encontradas: por una parte estábamos seguros de que esos tres años tenían que haberle sentado de lujo, pero por otra, al no tener protección, nos temíamos una sorpresa desagradable. El corcho, de hecho, ya empezaba a estar mojado de más…al abrirlo, sin embargo, encontramos todo en orden: fruta roja, algún cuero, tabacos y trazas minerales. La boca también nos pareció buena, con un acético soportable, con buena acidez y con más fruta roja que la detectada anteriormente. El final es limpio y campestre. Agradables sensaciones. Un productor que me gusta.